El jueves 29 de diciembre un agricultor estuvo sembrando árboles en unos terrenos municipales del ayuntamiento de La Peza, en Granada. Al día siguiente, en “un visto y no visto”, ese mismo lugar se convirtió en la ubicación de una fiesta ilegal. Sin ningún tipo de permiso, se instalaron, montaron un gran escenario, puestos de venta improvisados y desembarcaron más de mil personas llegadas desde distintos puntos del mundo. Desde el viernes no ha parado la música ni un minuto: “Esto no para y no podemos hacer nada, solo esperar a que se vayan”, cuenta a NIUS el alcalde del municipio Fernando Álvarez.
Hay más fiesteros que vecinos en el pueblo. La Peza es un municipio muy tranquilo donde viven poco más de mil habitantes. Calculan que, desde el viernes, han pasado por ahí más de 3.000 personas y ahora quedan alrededor de mil junto a unos 300 vehículos. Están en una meseta con vistas a la cara oculta de Sierra Nevada y la zona cuenta con un solo acceso. Aquí han ocupado unas 15 hectáreas y, en su mayoría, son extranjeros: “hay alemanes, holandeses y muchos italianos”, relata el alcalde.
Nadie se explica cómo han terminado aquí pero, lo único que tienen claro es que llevarían meses organizando tremenda fiesta y el pueblo es testigo atónito de la que han formado. “Esto es una cosa increíble, todo lo que te diga es poco”, asegura Fernando quien reza para que se vayan cuanto antes. “Nos han dicho que mañana se van, espero que al menos recojan la basura y respeten el medio ambiente”.
La Guardia Civil tiene el acceso cortado al paraje para que no pueda entrar ningún vehículo más. Las quejas por el pueblo salen de una boca a otra. “El chin pun, chin pun desde el viernes, esto es lo nunca visto”, dice una vecina indignada. No es la única molestia que ha traído al pueblo. Este domingo un camión con matrícula holandesa que iba en busca de la fiesta, quedó empotrado en una calle estrecha y necesitaron más de 8 horas para sacarlo de ahí.