El ‘constructor solidario’ de Cádiz, de ser desahuciado a dar techo a familias sin recursos: “No olvido de dónde vengo"

Un Rey Mago, un ángel de la guarda, un salvador… sobran los calificativos para describir a Agustín Rubiales, el ‘constructor solidario’ de Cádiz. Una decena de familias con problemas económicos acude a diario a su oficina, situada en el número 40 de la calle Hospital de Mujeres, para pedirle ayuda. “Son auténticos dramas”, reconoce a NIUS este hombre que se ha convertido en la tabla de salvación de muchos.

“La semana que viene hay previstos cinco desahucios. Padres con hijos pequeños en plena Navidad”, nos cuenta, preocupado. Tragedias familiares que no se quita de la cabeza y que, a veces, no le dejan dormir. “Salgo mareado y con dolor de cabeza. Me pongo a darle vueltas y vueltas para ver cómo ayudarlos, cómo frenarlo, cómo evitar que terminen en la calle”, señala.

La vida de este constructor, de 65 años, está marcada por la solidaridad. A los 22 estuvo a punto de ser desahuciado de su casa de apenas 14 metros cuadrados, junto a su mujer y dos hijos pequeños. Debían 7.000 pesetas de 7 meses de renta. “No teníamos ni para comer”, recuerda. Y aunque eran otros tiempos, conoce la sensación de angustia, miedo e incertidumbre de verse con un pie en la calle. Gracias a la ayuda de la parroquia pudo ponerse al día con los pagos y salir adelante.

Con mucho esfuerzo y sacrificio, ese chaval que se ganaba la vida con lo que le salía, conseguía montar su propia empresa de construcción y convertirse, con los años, en un empresario de éxito. Desde entonces, su carrera profesional a ido ligada a la labor en defensa de los que no tienen recursos. “Nunca olvidaré de donde vengo, ni lo que pasé”, asegura.

Cede una finca para que se construyan 14 viviendas

Hace unos meses, Agustín ofrecía al ayuntamiento de Cádiz y a la empresa municipal de vivienda Procasa, una finca en pleno centro, de la que pueden salir hasta 14 viviendas de uno y dos dormitorios. “Se puede salvar la vida a 14 familias”, asegura. “Yo la cedo y el ayuntamiento correría a cargo de la obra para hacer las viviendas. En ocho años, ya estaría recuperada la inversión con un alquiler justo”, explica.

Pero, de momento, no ha tenido respuesta al ofrecimiento. Por eso, amplía su oferta a cualquier administración local, provincial o autonómica que quiera llevar a cabo este proyecto que ayudaría a dar un techo digno a 14 familias sin recursos habitacionales.

Un cuento de Navidad los 365 días del año

Es su última acción solidaria, pero Agustín lleva media vida protagonizando un cuento de Navidad los 365 días del año. Hace poco ofrecía una casa a un matrimonio octogenario de Córdoba obligado a abandonar la suya después de haber sido engañados por la promotora a la que se la compraron.

Agustín ha sido el ‘ángel de la guarda’ de más de una veintena de familias en sus momentos más difíciles. A todos los lleva en su memoria. “Sientes una paz y una tranquilidad inmensa”, asegura. Aunque hay casos que lo han marcado para siempre como el de José Manuel, un sin techo de Cádiz enfermo de cáncer, que pasaba los dos últimos meses de su vida “bajo un techo digno”, gracias a la solidaridad de Agustín. “Se lo prometí en el hospital y lo cumplí”, apunta.

O la abuela, que ahora tiene 93 años, desahuciada por sus propios hijos y a la que es incapaz de cobrar nada. “Ya es triste que tus hijos te echen a la calle sin nada, ¿qué te voy a cobrar por una habitación, por el agua, por la luz? Pues no, no lo hago”, asegura. Vidas a las que Agustín ayuda y seguirá haciéndolo, aunque a veces no de abasto

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