El rescate de Baltasar, el mastín solo y atado bajo la peor tormenta del año en Granada

Maripaz no puede parar de llorar, Daniel tampoco. Es la primera vez que los dos se ven y se lo deben a Baltasar, un mastín de dos años al que probablemente acaben de salvarle la vida. "Daniel se dedica a rescatar perros y yo los recojo", dice Maripaz, de las Gabias, en Granada, "pero nunca nos habíamos visto en persona".

La historia de Baltasar llegó a ellos hace dos días. En mitad de una de las borrascas más complicadas del año, alguien les avisó de un perro desnutrido y atado en mitad del campo, en Dúdar, Granada. Les costó encontrarlo, ni siquiera en coche se podía llegar hasta el lugar exacto donde se encontraba el animal.

Cuando llegaron vieron a un perro calado hasta los huesos. "Se le podían contar hasta las costillas", añade Daniel. Atado en corto apenas podía moverse y tampoco lo intentaba. Ni siquiera cuando lo soltaron. "Tiraba de la cuerda y no se inmutaba", recuerdan sus rescatadores, "no tenía fuerzas para nada".

Al final, el propio Daniel tuvo que cogerlo en brazos. No le costó nada, aunque un mastín de dos años debería pesar alrededor de 50 kilos, Baltasar no llega ni siquiera a los 18. "En vez de un mastín parecía un chihuahua", dice Mariapaz, incapaz de contener las lágrimas cada vez que habla.

Desconocen cuántos días pasó el animal atado a la intemperie bajo la tormenta. El frío y la lluvia le han pasado factura, aunque Daniel cree que el agua de los charcos ha podido salvarle de morir deshidratado estos días. "No sabemos cómo está vivo", dice su rescatador, "dos días más y habría muerto seguro".

Sin chip, desnutrido y empapado

Sin chip, ni dueño conocido, han llevado a Baltasar a la clínica veterinaria de Armilla donde se está recuperando. Tiene la creatinina baja por la falta de musculatura y un 27% de anemia, por lo que no será necesario hacerle una transfusión. Además ya ha empezado a comer. "El veterinario se llama Baltasar", dice Maripaz, "y hemos decidido ponerle su nombre".

Noble y tranquilo, Baltasar se deja acariciar en busca de calor a pesar de las úlceras repartidas por su cuerpo. Mientras y aunque él no lo sabe, decenas de asociaciones y particulares se han interesado por ayudar. Maripaz ha creado un grupo de WhatsApp y ya hay unas 60 personas colaborando con los gastos.

Baltasar ya no está solo. "Este va para mi casa", asiente Maripaz, que ha decidido quedarse con él a pesar de los cuatro perros que ya tiene. Acostumbrada a rescatar decenas de animales de la calle cada año, la imagen de Baltasar les ha afectado: el mastín que apenas podía levantarse bajo la lluvia de la peor tormenta del año. 

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