Gema Daza, la 'abogada de los papeles' en El Ejido: "Sigo llorando cuando les dan el permiso"
A su móvil llegan llamadas de medio mundo y su despacho está lleno de regalos de otros países que le hacen sus clientes
Lleva casi 10 años dedicados a tramitar regularizaciones por arraigo o agrupamientos familiares
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Cuando Gema Daza empezó a estudiar Derecho en Granada no tenía claro cuál sería su especialidad, pero pronto lo sabría. Allí conoció a su actual pareja, un joven marroquí que estudiaba Farmacia y que cada año tenía que renovar en el consulado su permiso de estancia por estudios. "Como yo estudiaba Derecho le ayudaba", dice Gema.
Así empezó a sumergirse en un mundo de trabas burocráticas que hoy domina a la perfección. Su despacho en El Ejido (Almería) se ha especializado en Extranjería. "Cada año ayudo a regularizar a una media de cien inmigrantes", dice Gema. Este año puede batir su récord. Ha presentado 200 solicitudes y de momento 125 han sido aceptadas, le han denegado cinco y el resto aún están en trámite.
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A su móvil llegan llamadas de medio mundo. "He cogido teléfonos de Alemania, de Francia...", dice Gema, "y tengo solicitudes de gente que escribe desde Estados Unidos, Inglaterra...". Todo porque su nombre se mueve entre inmigrantes de todo el mundo que buscan tramitar una regularización.
Cada caso lo estudia en profundidad para que nada falle. Hay mucho en juego. "Por ejemplo, para una solicitud por arraigo hay que demostrar que han vivido tres años de forma continuada en España", dice Gema, "así que miramos todo de la persona". Durante semanas se dedican a buscar cualquier prueba, desde documentos de la Administración Pública hasta certificados médicos o facturas que demuestren su estancia.
"Para mi conseguirlo es una satisfacción no solo profesional, sino humana", comenta a NIUS. Y esa es la clave de su éxito. Se alegra con sus clientes y más de una vez llora con ellos. "Sigo llorando cuando los tengo enfrente y les saco el documento con el que les dan el permiso", asegura Gema a NIUS.
La "doctora"
Su despacho no solo está lleno de papeles, sino también de decenas de regalos que le traen los inmigrantes a los que ayuda a regularizar su situación. "Los rusos me suelen traer matrioskas y en Navidad una campanita típica de su país", dice Gema, que también recuerda a un ciudadano ruso que en una ocasión le pintó un cuadro para agradecerle su trabajo.
De Marruecos suelen traerle dulces o una chilaba y de Colombia, Nicaragua o Costa Rica el regalo más habitual es el café. "Los latinoamericanos me llaman doctora", aclara Gema, que pone mucho hincapié en llamar a todos sus clientes por su nombre... por difícil que resulte su pronunciación.
"En el despacho hablamos de todo", dice esta abogada que se interesa por la persona que hay detrás de cada trámite que realiza. "Cobro por ello, soy abogada", explica Gema Daza, pero eso no le impide ser consciente del momento por el que pasan sus clientes cuando llegan a ella y derrocha empatía con cada uno de ellos.
"Formas parte de sus vidas, de la vida de sus familias", dice Gema que también tramita reagrupamientos familiares. "Llevan muchos años aquí y quieren traer a sus hijos o su cónyuge", explica. Por eso cada una de sus regularizaciones saben a victoria. Cuando la 'abogada de los papeles' gana, una familia en algún lugar del mundo lo celebra con ella.