Dice corten, pero no es directora, y aunque puede parar un rodaje entero con su sola mirada... tampoco es la productora. Ana Gómez es técnico en prevención de riesgos laborales en cine y televisión y en cada escena que se rueda siempre está en primera fila velando por la seguridad de todo el equipo. "Desde el técnico de luces que pone un foco hasta el protagonista al que ilumina", recalca.
Una de las primeras películas en las que trabajó fue "El reino de los cielos", que Ridley Scott grabó en Huesca. Su último encargo ha sido "Cerdita", un rodaje que le ha llevado a Extremadura y que se estrena el 14 de octubre. Entre las dos hay centenares de películas llenas de historias y anécdotas. "No todas las puedo contar", confiesa Ana, "pero a veces incluso he tenido que parar rodajes".
Su trabajo empieza con la lectura del guion. "Allí también estoy", dice Ana, "para saber lo que se va a grabar y también dónde se va a grabar". Ella es la mirada que se detiene a evaluar el riesgo que hay detrás de cada escena. Si se usan explosivos, si se graba en un espacio natural o si hay una persecución en una carretera.
Junto al equipo de producción, también se encarga de medir el tiempo, sobre todo cuando hay menores, para que la jornada laboral no se alargue más de la debido. "Siempre quieren grabar una toma más", explica Ana. Es lo que le pasó en una ocasión en la que tuvo que pedirle a un director extranjero que acabara de rodar y que continuara al día siguiente. "Si le dejo están grabando allí hasta las once", bromea Ana.
Donde el equipo de rodaje ve un escenario perfecto, Ana detecta los peligros. "Es mucha responsabilidad", cuenta a NIUS. Al fin y al cabo, vela por la seguridad y la salud de decenas de personas. "Estamos pendientes hasta del encargado del catering que trae el agua al set de rodaje".
Torrente, El Laberinto del Fauno... cada serie y cada película es distinta y los riesgos son diferentes. A veces ha tenido que llamar a equipos de desinfección porque había pulgas en el lugar donde querían rodar o ha pedido que se refuercen las vigas de una casa antigua en cuyo interior transcurría una escena.
La película estadounidense Megan Leavey, protagonizada por Kate Mara, fue todo un reto para ella. Con una trama centrada en la relación de una soldado con un perro antiminas, los riesgos se multiplicaban. Armas, explosivos, helicópteros, animales en el rodaje... En este caso contaban con un perro actor, Rex, y su doble. "Tenemos que tener un veterinario en el rodaje, ver que el perro tenga las vacunas, vigilar que nadie se ponga a jugar con él...", dice Ana.
La pandemia le obligó a extremar las precauciones. Había que hacer test a todo el equipo de rodaje porque un solo positivo podía parar toda una producción, con las consecuentes pérdidas económicas que eso suponía. "Una vez en la película Poliamor varios figurantes dieron positivo y no pudieron acudir a grabar", recuerda Ana, "y parte del equipo acabamos saliendo en la película como extras, incluida yo".
Mientras el director y los guionistas ponen la imaginación en cada película, Ana es la encargada de poner la realidad a cada grabación: vigilar que haya arnés, que las salidas de emergencia no estén tapadas, localizar extintores... Sabe que a veces le toca ser la "mala", pero ser estricta en su trabajo salva vidas... Y le encanta.