El drama de las familias desalojadas en Benahavís: “Mi hermana con cáncer terminal no quiere salir”
La mujer no quiere pasar la recta final de su vida en una carpa
Sus diez hermanos y su madre de 97 años sí han pasado la noche en la carpa y están "muy angustiados" por ella
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El pueblo de Benahavís, en Málaga, a esta hora es lo más parecido a un pueblo fantasma. Todos sus vecinos han sido desalojados a causa del incendio a excepción de los que se han negado a abandonar sus viviendas. Es el drama de no saber cuántos días de vida te quedan y no querer pasarlo lejos del hogar. Es lo que le ha ocurrido a la hermana de Antonia Mena, una vecina del municipio que ha decidido quedarse en su casa. Padece un cáncer terminal y no imagina sus últimos días en una carpa, ni en un hotel ni siquiera en el hospital.
Son 11 hermanos que han nacido y se han criado en el pueblo. Actualmente 8 de ellos viven allí, regentan restaurantes y otros negocios. Algunos tienen sus viviendas en parcelas a las afueras del núcleo urbano. Desde esta medianoche no concilian el sueño siguiendo el estado del fuego. “Estamos todos en la carpa, esperando que nos den alguna buena noticia”, cuenta a NIUS Antonia Mena, una de las hermanas. Recuerda cómo la Guardia Civil fue llamando puerta por puerta: “En 10 minutos tenéis que salir”, les dijeron. Cogieron lo que les cabía en las manos y salieron muy rápido.
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Una única salida de emergencia
La angustia y la preocupación son inevitables. Su madre tiene 96 años y “está muy asustada”, reconoce Antonia. Por su hija que se quedó en su casa y por lo que pueda pasar con las viviendas y los negocios de sus hijos. Esta madrugada el fuego estaba a 3 kilómetros de la casa del hermano de Antonia y, a esta hora, no saben en qué condiciones estará. “No les dio tiempo ni a sacar a los animales ni nada”, relata. Además, hace menos de 9 meses en el último incendio ya perdieron castaños y cerezos que tenían en sus fincas. “Lo que nos queda parece que también lo vamos a perder porque el fuego comenzó en el mismo sitio que la otra vez”, dice.
Por el momento, con el fuego incontrolado, no saben cuándo podrán volver y si sus casas se han visto afectadas. El principal problema es que el municipio de Benahavís es lo más parecido a una ratonera, porque solo tiene una salida. La desgraciada historia se vuelve a repetir… de nuevo los ojos de los vecinos siguen las llamas y el movimiento de los aviones esperando que la pesadilla termine cuánto antes.