El ‘ajuar de playa’ sale volando en una cala de Menorca
Imaginen estar tumbado el sol, en el paraíso, cuando de repente su relax, su descanso, es interrumpido por un fortísimo aire que se lleva su sombrilla y la del vecino, que se transforman en armas muy, pero que muy peligrosas de las que hay que huir despavorido. Más blanditos, pero a la vez más ligeros porque vuelan mejor, desaparecen las colchonetas, las toallas o los juguetes, en definitiva, toca ver cómo se esfuma nuestro ajuar de playa.
Es un remolino de viento de 20 metros de altura y 4 de ancho, causado por diferencias térmicas, y que tiene lugar de forma aleatoria, en lugares aleatorios de la costa. Algunos ejemplos los vimos no hace mucho en Huelva, o un poco más fuerte de Barcelona, que se cuela hasta en el paseo marítimo.
Un fenómeno del que solo queda correr, y que no nos pille.