Trece meses después, desde esta pasada medianoche, ha dejado de ser obligatorio el uso de las mascarillas en espacios exteriores siempre que podamos garantizar el metro y medio de distancia. Recuperamos sensaciones perdidas en un paso más en el camino hacia la ansiado normalidad perdida. La mascarilla deberá seguir usándose en espacios de interior, como oficinas, bares, restaurantes o comercios. También en el transporte público, ya sea el metro, el tren o el avión. Hoy esta siendo un día liberalizador para muchos aunque no para todos ya que los hay que no se fían.
Cataluña, Cantabria, Aragón, Comunidad Valenciana son algunas de ellas y tras este aumento entre otras causas está el brote surgido en Mallorca que ha expandido el virus por medio país. Jóvenes estudiantes que celebraban allí el final de las clases participaron en macrobotellones, fiestas en locales y conciertos sin protección. La impudencia ha llegado a ocho regiones, la más afectada Madrid. Por el momento, se han detectado 600 positivos y hay más de 3.000 personas aisladas. Mediante cribados masivos se trata ahora de cortar su expansión. Gobierno balear y particulares se acusan mutuamente de ser los responsables de permitir estas celebraciones.
A medida que pasan las horas las posibilidades de encontrar supervivientes se van desvaneciendo. Los equipos de rescate han abierto un túnel hasta el mismo epicentro del derrumbe al que han accedido los los perros adiestrados y los sistemas de infrarrojos y de radar con los que los equipos de rescate tratan de hallar aún personas con vida atrapadas entre las toneladas de escombros.