El equipo nacional estaba obligado a mejorar la versión ofrecida ante Perú y el gol de Xavi fue producto de la mejoría nacional tras el descanso. Los cambios motivaron la disposición española, que movió con más soltura e incluso verticalidad el esférico.
Hasta entonces España había sido una selección sin soluciones ni carácter. El teórico once titular, sin los lesionados Iniesta y Villa, defraudó a los aficionados, que en el El Sardinero les dedicaron incluso algunos silbidos.
Los americanos incluso se soltaron en varias ocasiones, lanzaron rápidos contragolpes y en uno de ellos Johnson cabeceó a escasos metros de Casillas, pero el balón se marchó muy cerca de la madera. España perdía confianza en sus posibilidades y hacía perder la confianza de los aficionados.
Otra imagen en la segunda parte
El descanso y los cambios -Guiza y Senna- modificaron el ánimo nacional. Era ahora un equipo más decidido pero sin definición. No obstante encontraron grietas en el planteamiento de Estados Unidos y por una de ellas Xavi situó su borceguí para proporcionar oxígeno en la víspera de la Eurocopa.
El triunfo sirve para mantener el ánimo, pero la incógnita del rendimiento nacional está presente en cada jugada y en cada futbolista. AC