El conjunto de Guus Hiddink, que ya en el partido del debut contra España dejó algunos buenos instantes, fue mejor que Grecia, sobre todo, porque tiene mejores jugadores.
El equipo de Otto Rehhagel sorprendió en Portugal, con mucho orden y una buena dosis de suerte. Cuatro años después, no ha tenido nada de esto, la "fórmula Rehhagel" ha caducado.
Ante Rusia, el técnico alemán hizo caso de los jugadores, que habían calificado como "miedoso" su planteamiento del encuentro ante Suecia, y sacó un equipo más ofensivo. Dejó en el banquillo a Theofanis Gekas, que llegó a Austria como la "estrella" del conjunto y supuestamente alineó tres puntas (Charisteas, Liberopoulos y Amanatidis).
Pero no le sirvió de mucho. Salvo la insistencia de Giorgios Karagounis y algún tímido remate de Angelos Charisteas, que en este torneo no ha estado tocado por la fortuna como en el anterior, Grecia volvió a dar una pobre imagen.
Bastó un tremendo error de su guardameta Antonios Nikopolidis, en el minuto 33, para que Rusia se llevara tres puntos. Fue el meta griego a buscar un balón junto a la línea de fondo, sin aparente peligro, pero no la encontró. Semak, de chilena, la envió hacia el centro del área y Zyrianov se encontró con un regalo y la meta vacía.
Quedaba casi una hora de juego, pero Grecia fue incapaz de equilibrar el encuentro y se despidió del título por la puerta de atrás, sin más objetivo que dejar una buena imagen contra España, el próximo miércoles, en este estadio.
0. Grecia: Nikopolidis; Seitaridis (Karagounis, m.39), Kyrgiakos, Dellas, Torosidis; Katsouranis, Basinas, Patsazoglu; Charisteas, Liberopoulos (Gekas, m.61), Amanatidis (Giannakopoulos, m.80).
1. Rusia: Afinkeyev; Anyukov, Ignashevich, Kolodin, Zhirkov (Berezutsky, m.87); Tobinski, Zirianov, Semak, Semchov, Bilyaletdinov (Saenko, m.70); Pavlyuchenko.
Gol: 0-1: m.33: Zyryanov
Árbitro: Roberto Rossetti (Italia). Amonestó a los griegos Liberopoulos y Karagounis y a los rusos Saenko y Torbinski.
Incidencias: Partido de la segunda jornada del grupo D de la Eurocopa disputado en el estadio Wals-Siezenheim de Salzburgo ante 30.000 espectadores