"Pedro, no te emociones". Este era el mantra con el que Piqueras trató de sobrellevar como buenamente pudo su adiós a Informativos Telecinco. Después de 51 años de carrera periodística, 34 de ellos "incrustado" en la televisión y 18 en esta casa, el presentador se enfrentaba al último 'buenas noches' de su vida. Y muy a su pesar, por mucho esfuerzo que le pusiese a que la lágrima no saliese a relucir, el jueves lo terminó llorando.
No lo hizo en pantalla, donde se despidió de su fiel audiencia con lo que muchos consideran un ejemplo de honestidad periodística.
Tampoco en los minutos previos a su entrada en plató, esos en los que hizo un simpático reproche a sus compañeros, incluida su colega Alba Lago, por haberle puesto en el "estado emocional perfecto para afrontar un informativo".
Pero justo después de despedirse de su público con un "hasta siempre", no le quedó otra que derrumbarse. Cientos de trabajadores le esperaban agolpados en el pasillo central de las instalaciones de Mediaset España para hacerle un homenaje con honores. Piqueras desconocía lo que le había tramado su equipo, que se había encargado de salvaguardar el secreto hasta el final.
Tras un infinito paseíllo en el que fue saludando uno a uno a sus compañeros mientras lloraba todo lo que no había llorado en las horas previas, Pedro habló.
Con la voz frágil, sobrepasado por el calor humano que estaba recibiendo sin él esperarlo, hizo balance de su trayectoria, en Telecinco y en la competencia. Contó una anécdota con Jesús Hermida que pidió que no saliese de ahí. Puso en valor las dificultades de sacar adelante un informativo "al nivel de los mejores". Y se llevó a casa ese icónico fondo con el skyline de Singapur que le ha cubierto las espaldas durante casi dos décadas.
Entre tanta intensidad, tanto compromiso y tanto abrazo, Pedro Piqueras hizo un hueco para compartir con la web de Informativos Telecinco cómo estaba viviendo su último día. Más que emocionado, nos confesó, estaba sobrepasado por la infinidad de WhatsApps que entraban en su teléfono. Eran cientos. Puede que miles. De hecho, justo antes de atendernos, respondió a un cariñoso mensaje que le había enviado Vicente Vallés.
Apurado por no ser todo lo mañoso en redes sociales que le gustaría, prometió que se despediría también a través de Instagram. Pero eso ya el viernes, que con presentar su último informativo ya tenía suficiente tarea. Tal y como puedes ver en la entrevista que abre esta pieza, nos contó cómo llevaba eso de gestionar la emoción después de 34 años manteniendo la compostura. También puso en palabras lo que siente uno cuando le toca leer su propio "obituario en vida". Y nos confesó su miedo "al bajón", que tiene claro que llegará "en cualquier momento". Quizás por eso ha querido permitirse disfrutar de todo lo recibido. Y merecido. Desde aquí te devolvemos ese "hasta siempre", Pedro.
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