Argentina eligió un nuevo presidente ayer, día en que se celebró la segunda vuelta electoral, y el candidato de la oposición, Javier Milei, triunfó con un 56% de los votos por sobre el candidato del actual gobierno, Sergio Massa. El cambio de gobierno es histórico: es la primera vez que la extrema derecha consigue ganar las elecciones en Argentina, un país que ha celebrado este año los 40 años de la recuperación de la democracia, tras la dictadura militar.
Milei le puso voz a un movimiento de hartazgo e indignación por los sucesivos problemas económicos que vienen empobreciendo al país desde el período dirigido por Cristina Kirchner, que no fueron solucionados cuando hubo un cambio de color político en 2015 de la mano de Mauricio Macri, y que recibieron su golpe definitivo con la pandemia del Covid-19, con un liderazgo errático del presidente Alberto Fernández. Pero también Milei ha encarnado un discurso negacionista de los crímenes cometidos por la dictadura militar, negacionista de la brecha de género en el sistema laboral, contrario a los derechos LGTBIQ+ y de las mujeres, que ha propuesto privatizar la educación y la salud pública y dolarizar la economía como primeras medidas de gobierno. Un personaje que divide aguas y que hace que el país haya recibido la noticia con la sociedad absolutamente partida entre la euforia y la angustia.
De la misma manera lo han vivido los argentinos en Madrid. Consultados por esta web, mientras algunos han celebrado el resultado, otros están "impactados": "Es una pena que el pueblo haya votado sin memoria y que haya elegido a un negacionista", dice Ludmila Villarreal, barista, recientemente instalada en Madrid.
Guillermo Güerci vive hace cinco años en la capital española, es egresado de la Universidad de Buenos Aires, es decir, formado gracias a la educación pública, pero con dos másters de universidades privadas y tiene una postura "anti grieta". "Quiero lo mejor para mi país", antepone a las preguntas que le hacemos desde esta web. Como la mayoría de sus compatriotas, estuvo hasta bien entrada la madrugada esperando los discursos de ambos candidatos, y considera que el resultado no es sorprendente: "Creo que era lógico. Los últimos dos gobiernos y parte del anterior han sido muy malos a nivel económico, y eso generó un caldo de cultivo para que aparezca otra opción que represente con claridad ese hartazgo y logre los votos necesarios para tener un voto favorable", analiza.
Por su parte, la periodista Laura Otero, influencer con una cuenta en Instagram que difunde información útil para inmigrantes argentinos, consideró que la grieta ha aparecido en todos sus grupos de WhatsApp y en los comentarios de sus seguidores expatriados: "Mientras algunos se señalan unos a otros diciendo 'Si te gusta la derecha, volvete a Argentina', otros cuestionan a los que apoyaron a Sergio Massa diciendo 'Si tanto te gusta el kirchnerismo por qué estás acá hace tantos años'".
En los comentarios de las redes sociales de Guillermo Güerci hubo algo parecido: un gran grupo de votantes de Milei "moderados" que no están del todo seguros si su candidato va a hacerlo bien, otro de eufóricos, y otro de gente muy apesadumbrada por el triunfo de la ultraderecha. "Mi temor es que un candidato tan extravagante en su postura y perfil no se modere lo suficiente para mantener ciertos lineamientos que deberíamos mantener con orgullo", advierte el economista y consultor, aunque apoya sus posturas en lo económico.