Testigo directo de los ataques constantes que se están viviendo en Israel ha sido el canciller alemán Olaf Scholz. A la carrera tenía que abandonar el dirigente alemán y toda su comitiva el avión al que acababan de subir en Tel Aviv. Lo hacían al sonar las alarmas que avisaban de ataques con cohetes desde Gaza. Una vez fuera de la aeronave, se tendían en el suelo antes de trsladarse a un refugio donde permanecer hasta que pasase el peligro.