Donald Trump ha protagonizado una nueva polémica, esta vez durante su campaña en Iowa. En este restaurante el ambiente era festivo y cargado de admiración por el expresidente. Más de un centenar de personas abarrotaron el lugar, esperando poder intercambiar algunas palabras o conseguir un recuerdo firmado. Trump regaló pizzas y firmó todo tipo de objetos: dólares, gorras, y... la camiseta de Ashley, una de las camareras del local. Todo ello al ritmo de "God Bless the U.S.A.".