En Brasil hay una bióloga que lleva 40 años estudiando el mono más grande de las Américas. Cuatro décadas para salvar al llamado ‘mono hippie’. En 1982, el primate estaba al borde de la extinción, solo quedaban 50 ejemplares. Hoy, la población se ha multiplicado por 5 y hay 232. Se le llama así por su naturaleza pacífica. Es también considerado el 'jardinero del bosque' por esparcir semillas.