Dos crías de oso juegan en los alrededores de una casa en Colorado, Estados Unidos, y una de ellas, sin ningún miedo, se acerca hasta la puerta y la abre de par en par. Al verlo, el duño de la vivienda da golpes en la ventana para espantar al animal que, lejos de asustarse, le mira y empuja la puerta. Finalmente decide alejarse. Su otro compañero, pasea por delante y al final, también decide irse