Ya fueron representadas en pinturas en la Edad Media. Para los esquimales se trata del sendero que lleva al otro mundo y su luz representa la llegada de los espíritus. Rodeadas de leyendas brillan las auroras boreales: el fenómeno luminoso que aparece en el cielo nocturno de las zonas polares. Una manifestación de luz que ha atraído la atención de exploradores, científicos y artistas fascinados por su magnetismo.
Algunas zonas habituales en las que pueden observar son Noruega, Groenlandia, Canadá, Islandia, Finlandia o Alaska. Cuanto más bajas son las temperaturas más fácil es verlas. Sin embargo, se trata de un fenómeno que no se vislumbra siempre y, por lo tanto, uno de los más difíciles de captar. Por este motivo, son muy pocos los fotógrafos profesionales que han captado estas imágenes. Una labor que supone desplazarse a recónditos lugares expuestos a condiciones y temperaturas extremas y la utilización de técnicas especializadas capaces de captar este particular teatro de la naturaleza. Entrevistamos a uno de los cazadores de la luz que han recorrido el mundo en busca de este fenómeno.