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Pablo de Rojas, obispo excomulgado, se traslada al convento de Belorado para apoyar a las monjas Clarisas

Pablo de Rojas Sánchez-Franco, obispo excomulgado en 2019 y fundador de la llamada Pía Unión Sancti Pauli Apostoli, que no están en comunión con Roma, se ha unido a la comunidad de religiosas Clarisas de Belorado (Burgos) y Orduña (Vizcaya) en el monasterio de Santa Clara de Belorado. La comunidad ha anunciado su intención de abandonar la Iglesia católica para pasar a la tutela y jurisdicción de Rojas. El Arzobispado de Burgos trabaja para que el cisma, delito que recoge el Código de Derecho Canónico y que podría acabar en excomunión, se quede en una tentativa y la situación se revierta.

El motivo de la ruptura de la comunidad de monjas con la Iglesia Católica es un desacuerdo sobre la venta de un convento en Derio (Bizkaia) que las monjas pretendían vender para comprar el monasterio de Santa Clara de Belorado, perteneciente a la Diócesis de Vitoria con la que aseguran tener un acuerdo de compraventa.

El obispo responde a una petición de la abadesa

De Rojas Sánchez-Franco, que firma como obispo, fundador y rector máximo de la Pía Unión Sancti Pauli Apostoli, no solo habría aceptado "con benevolencia" a las religiosas, sino que además se ha desplazado hasta el convento de Santa Clara para estar con ellas y mostrarles su apoyo, según publica 'El Correo'.

El obispo excomulgado respondió a la petición de la madre abadesa, sor Isabel de la Trinidad, quien en una misiva fechada en Belorado el 8 de mayo pidió a Pablo de Rojas Sánchez-Franco "tutela de jurisdicción" para ella y para las hermanas de la comunidad, que suman un total de dieciséis monjas, entre las comunidades de Belorado y Orduña.

En la carta firmada por sor Isabel de la Trinidad, en nombre de toda la comunidad religiosa, por la que anunció la decisión de abandonar la Iglesia católica, se reconoce como último pontífice válido a Pio XII y se acusa a los papas posteriores de herejía, postulado que encaja con los defendidos por la Pía Unión.

Ante la petición, De Rojas comunicó "con benevolencia" que las religiosas estén bajo la jurisdicción de la Pía Unión Sancti Pauli Apostoli, tras estudiar la solicitud y contar con la información que le han ofrecido sobre la evolución de la abadesa y el resto de hermanas.

Así se desprende de sendos documentos que la comunidad del Monasterio de Santa Clara de Belorado ha publicado a través de la página web www.tehagoluz.com, creada este 2024 y que desde este lunes ha ido recogiendo los documentos que han sustentado el anuncio de las clarisas.

De Rojas se trasladó a Burgos para apoyarlas y ha lanzado en varios programas de televisión críticas contra las intenciones de la "Iglesia del Concilio" para "quitar conventos" a religiosas y ha defendido que las religiosas se encuentran en este lugar por su propia voluntad y no retenidas.

La abadesa sor Isabel de la Trinidad habría prohibido la entrada a los feligreses en el convento de Santa Clara y no se dan misas públicas. Tampoco hay venta directa de sus afamados dulces, pero continúa por Internet. Es más, según recoge 'El Comercio', "tienen más encargos por todo lo que está pasando".

El Arzobispado trabaja para revertir la situación

Fuentes del Arzobispado han explicado a EFE que trabajan para que el cisma, delito que recoge el Código de Derecho Canónico y que podría acabar en excomunión, se quede en una tentativa. Las fuentes del arzobispado han añadido que es el propio arzobispo, Mario Iceta, quien está implicado en conseguir esa reversión, aunque todavía no ha conseguido hablar con la abadesa, sor Isabel de la Trinidad.

Las mismas han indicado igualmente que no van a abrir un expediente de excomunión a las religiosas basado en las imágenes en las que desde este lunes muestran una misa oficiada por ajenos a la Iglesia católica.

Desde el Arzobispado han afirmado no tener confirmación de que las imágenes hayan sido tomadas en la iglesia del monasterio, que los vecinos de Belorado se encontraron cerrada este lunes por la tarde cuando asistieron, como de costumbre, a la misa de 18:00, que de celebrarse no se hizo abierta al público.

Tampoco saben si realmente todas las monjas que forman la comunidad apoyan la postura anunciada por la abadesa, que firma tanto la carta como el manifiesto católico con el que ayer se anunció su intención de abandonar la Iglesia católica, y dice hacerlo en nombre de todas las hermanas.

En la página web, distinta a las dos oficiales del Monasterio de las Clarisas y del obrador, en la que venden los chocolates, bombones y trufas que les han hecho famosas tras su paso por Madrid Fusión, se han colgado tanto el manifiesto católico como la carta que lo acompaña, y la solicitud de tutela a Pablo de Rojas.

El conflicto de compraventa del convento

La ruptura con la Iglesia Católica está motivada por un conflicto con la compraventa del convento de Derio. Las clarisas han acusado a Roma de no querer concederles la "licencia de venta". Desde el Obispado de Vitoria y el Arzobispado de Burgos han rechazado la acusación "injusta e indiscriminada" de "silencio y aquiescencia de los pastores".

En un escrito, firmado por la madre abadesa sor Isabel de la Trinidad, en nombre de todas las religiosas, pertenecientes a la Orden de Hermanas Pobres de Santa Clara, han acusado a Roma de no querer concederles "licencia de venta del convento de Derio y de no permitirles "cumplir con los pagos" del Monasterio de Orduña y rescindir el contrato de compraventa "sin previo aviso" después de tres años.

En un comunicado conjunto, el Obispado de Vitoria y el Arzobispado de Burgos han explicado que este asunto ni es de su competencia y no se ha recibido ninguna comunicación ni petición a este respecto, motivo por el que ha puesto estos hechos en conocimiento de la Santa Sede. También ha informado de ello al Nuncio Apostólico, al presidente de la Conferencia Episcopal, Luis Argüello, y a los obispos de Vitoria y de Bilbao, de manera que procederán según las indicaciones de la Santa Sede.

Asimismo, han detallado la situación de los monasterios de Belorado y Orduña, que son la causa de este conflicto y se especifica que "han estado asistidas diariamente por sus capellanes y que las monjas manifestaban sentirse contentas y agradecidas".

Según han explicado, todo comenzaba con la intención de las Clarisas de Belorado de comprar el monasterio de Orduña, de la diócesis de Vitoria, que se encontraba suprimido canónicamente y vacío y "es propiedad de las clarisas de Vitoria".

La compra se firmó en octubre de 2020, por un importe de 1,2 millones de euros y una demora de dos años. En dicho acto de compra-venta se aportan 100.000 euros y se comprometen a realizar pagos semestrales de 75.000 euros.

El primer pago debía realizarse el 1 de noviembre de 2022, pero nunca se ha hecho ningún pago. A principios de marzo de 2024, la madre abadesa sor Isabel de la Trinidad, habría manifestado tener un benefactor que comprará y pondrá a nombre del propio benefactor el Monasterio, llegarán a un acuerdo de uso y lo revenderán a la comunidad de Belorado cuando obtengan el importe procedente de la venta del Monasterio de Derio.

En el comunicado, se indica que el nombre de benefactor no se dio a conocer, se mantiene "un mutismo absoluto, y a fecha de hoy no se conoce, y hay temor que sea ajeno a la Iglesia Católica".

Asimismo, explican que el 7 de mayo, la comunidad de Belorado es convocada por la comunidad de clarisas de Vitoria ante un notario para rescindir el contrato de compra-venta a instancias de esta última comunidad. En la notaría, la citada madre abadesa, acompañada por otras dos religiosas, entrega un pliego reclamando 1.600.000 euros como pago por el importe de las obras realizadas por su comunidad en el Monasterio de Orduña y un 30% por daños y perjuicios. Al no aceptar Sor Isabel la rescisión del contrato lleva el asunto a instancias judiciales.

Desde el Arzobispado de Burgos y el Obispado de Vitoria se manifiesta que, a día de hoy, no se ha recibido documento alguno, ni en Burgos, ni en los obispados de Vitoria o Bilbao y rechazan las acusaciones "injusta e indiscriminada" de "silencio y aquiescencia de los pastores", como se reflejaba en el documento remitido por las clarisas así como las acusaciones, en términos similares, a la "Cátedra de Pedro" sobre "contradicciones, lenguajes dobles y confusos, ambigüedad y lagunas de doctrina".

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