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EBAU 2025: las faltas ortográficas bajarán nota, pero “podrá flexibilizarse” para el alumnado con dislexia y otros estudiantes con “necesidad de apoyo”

La EBAU 2025 trae importantes cambios y novedades para los estudiantes. Con el objetivo de poner especial énfasis en el enfoque competencial del alumno, valorando que sea capaz de aplicar los conocimientos y no solo memorizarlos, la presentación de los ejercicios de la prueba, la coherencia y la cohesión serán puntos clave junto a la corrección gramatical, léxica y ortográfica.

Este último punto, concretamente, es uno de los más destacados y comentados desde que se han conocido los detalles del borrador del proyecto del real decreto de la nueva EBAU elaborado por el Ministerio de Educación, Formación Profesional y Deportes y el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, por el que se regulan los requisitos de acceso a las enseñanzas universitarias oficiales de Grado.

Según se refiere en él, en la EBAU 2025, --que está llamada a ser la primera alineada con la última reforma educativa, la conocida como Lomloe o ‘Ley Celaá’--, las faltas ortográficas , como las cuestiones asociadas a la coherencia, la cohesión, la corrección gramatical y léxica, bajarán como mínimo un 10% de la nota en los exámenes de Selectividad; un punto que no ha pasado inadvertido para nadie.

Poniendo el acento en su importancia, el borrador recoge, no obstante, algunas excepciones, pues en él también se añade que la aplicación de estos parámetros que bajan un 10% la nota por las faltas de ortografía y gramaticales "podrá flexibilizarse en el caso del alumnado con necesidad específica de apoyo educativo".

Esto, en la práctica, significa que se tendrán en cuenta distintos colectivos afectados y el criterio de evaluación se adaptará en consecuencia, algo que los principales implicados valoran positivamente.

La bajada de nota por fallos de ortografía en la EBAU, con excepciones: el caso de los alumnos con dislexia

Esta flexibilización en la reducción de la nota por los citados criterios podría afectar así a estudiantes como los que han sido diagnosticados de dislexia, lo que este alumnado ve como un avance importante, dado que, de forma pionera, la norma llamada a regular las temidas pruebas de acceso a la universidad tendrán en cuenta su condición y sus dificultades en el reconocimiento de las palabras escritas, tal como señala El País, con declaraciones de la presidenta de la Plataforma Dislexia, Esther López.

Positivos respecto a este paso, piden, no obstante, ir más allá para que sean todas las comunidades autónomas las que adapten las reglas de corrección de los ejercicios.

“La mayoría de comunidades tienen algún tipo de adaptación para la Selectividad, pero no todas, ni tampoco en el mismo grado”, expresa en El País la presidenta de la Plataforma Dislexia, llamando a una regulación concreta, que defina criterios de corrección claros para los docentes en estos casos y que se extienda al conjunto del territorio.

Del mismo modo, y en la misma línea, la Federación Española de Dislexia (FEDIS) ha reclamado que la nueva normativa de la Evaluación del Bachillerato del Acceso a la Universidad (EBAU) recoja la no penalización de las faltas de ortografía en el alumnado con dislexia y otras dificultades específicas de aprendizaje.

La portavoz de FEDIS, Araceli Salis, asegura que "la mayoría de personas con dislexia no están teniendo las adaptaciones a las que tienen derecho por ley" y advierte de que "puede haber casos en el que el diagnóstico llegue tarde y no hayan tenido nunca una adaptación, por lo que verían menoscabados sus derechos a la hora de realizar la Selectividad".

"En demasiados casos esta sintomatología es penalizada, con lo cual se está llevando a cabo una grave discriminación al alumnado que padecen este tipo de trastornos de aprendizaje", alerta FEDIS, destacando que las personas con dislexia y otras dificultades específicas de aprendizaje (DEA) representan a más del 10 por ciento de la población mundial según la Organización Mundial de la Salud.

El ejemplo de la Comunidad Valenciana

Con el debate eterno sobre si debe haber una EBAU común para el conjunto de las comunidades siempre vivo y dispuesto a ser un tema de discusión recurrente, en lo que se refiere al caso específico del alumnado con dislexia, la Comunidad Valenciana se ha erigido como uno de los ejemplos de esa adaptación de los criterios de calificación respecto a estos estudiantes.

Ya a finales de enero de este año, la Conselleria de Educación, Universidades y Empleo, anunciaba que los alumnos diagnosticados de dislexia no serán penalizados por sus faltas de ortografía en áreas no lingüísticas en las pruebas de acceso a la Universidad, así como expresaban su determinación para que estas adaptaciones se hiciesen también efectivas durante los dos años de Bachillerato.

Así, para ellos dejan de tenerse en cuenta los errores de ortografía natural, como la omisión de letras (por ejemplo ‘Los Reyes Católico’ en lugar de ‘Católicos’), la sustitución de unos grafemas por otros con sonoridad parecida (como ‘empellado’ por ‘empeñado’), las transposiciones de grafemas (como ‘nobelza’ por ‘nobleza’) o la mezcla de minúsculas y mayúsculas, así como tampoco las consideradas faltas arbitrarias (uso de la h, b/v, g/j, ll/y y x/s).

En este sentido, anunciaban que en las pruebas de la EBAU los alumnos con dislexia solo verán penalizadas las faltas de ortografía regladas en las áreas lingüísticas --Castellano y Valenciano-- hasta 2/3 de la puntuación total y como máximo 3 puntos, entrando en este grupo las reglas de uso de r/rr, m/n, c/qu, z/c, g/gu, güe/güi o -z/-d.

Desde entonces, la Comunidad Valenciana ha defendido la medida como de "justicia" y un paso “importante” en la inclusión de todo el alumnado y la eliminación de barreras de acceso; unas palabras que pronunció aquel día del anuncio el conseller de Educación, José Antonio Rovira, acompañado entre otros por la presidenta de Trenca-dis, --asociación comprometida con la dislexia y otras DEA (Dificultades Específicas de Aprendizaje)--, Concha Barceló.

Su almacén léxico no reconoce la forma de las palabras y esto no significa que no se esfuercen

Agradecida por “hacer realidad” la medida, anunciada el pasado 30 de enero, señaló entonces la importancia de este tipo de adaptaciones, explicando que las personas con dislexia son “ciegos” ante las faltas de ortografía.

"Su almacén léxico no reconoce la forma de las palabras y esto no significa que no se esfuercen, sino que no son capaces de tener una representación gráfica de las palabras en su cabeza con lo cual si escriben una palabra de la que tienen dudas con 'b' y con 'v' no son capaces de identificar la que más les suena, porque no les suena ninguna de las dos", subrayaba, aseverando que las faltas de ortografía "no tienen que ser un condicionante" para "lograr un buen futuro o para conseguir tu sueño de estudiar la carrera que quieres y aportar a la sociedad".

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