Aumenta la preocupación por la desaparición de Ana Knezevich, la mujer estadounidense de origen colombiano que fue vista por última vez el pasado viernes 2 de febrero en Madrid después de que las cámaras del edificio donde vivía, ubicado en el barrio Salamanca, aparecieran pintadas con un spray negro. Según ha explicado a Informativos Telecinco Joaquín Amills, presidente de SOS Desaparecidos y portavoz de la familia en España, es "muy preocupante" que hayan pasado 18 días y nadie haya sido capaz de aportar ni una sola pista sobre su paradero.

Amills teme que el caso de la ciudadana de Fort Lauderdale no llegue a buen puerto: "Es muy significativo y alarmante que, con toda la difusión que se le está dando al caso, que lleva nuestra alerta de búsqueda activa más de una semana en cajeros, a lo que hay que sumar el alcance de nuestra difusión, que está en torno a cuatro millones de personas, no hayamos recibido ninguna llamada. Para nosotros eso es muy preocupante, porque significa que nadie la ha visto en todo este tiempo. Y eso no es bueno". A la alerta de SOS Desaparecidos se suma la del Centro Nacional de Desaparecidos (CNDES), que también alcanza a un gran número de personas y tampoco ha obtenido resultados por ahora.

La alerta de SOS Desaparecidos en cajeros:

La Policía Nacional, la Policía de Florida y el FBI continúan con las indagaciones para tratar de encontrar a Ana Knezevich y por ahora mantienen todas las hipótesis abiertas a nivel oficial, pero el entorno de la mujer de 40 años descarta casi por completo una posible desaparición voluntaria debido a los planes de futuro que tenía (iniciar un proyecto propio, viajes programados y cambiarse de piso en Madrid). Sanna, una de sus amigas, ya destacó en este medio que cree que "la han secuestrado".

Los agentes encargados del caso mantienen la investigación bajo secreto de sumario, por lo que no han trascendido detalles de las pesquisas. Con toda probabilidad, las autoridades manejan información sensible respecto a lo ocurrido y tratan de 'tirar del hilo'. La mujer estadounidense estaba en su casa a las 22:00 horas del viernes 2 de febrero y no pensaba salir aquella noche. Fue al día siguiente, día 3, cuando, tras recibir dos de sus amigas dos mensajes de WhatsApp que no parecían de ella y que decían que se iba con alguien, se perdió su rastro y se apagó su teléfono móvil. El domingo día 4 se certificó que había desaparecido después de que accedieran los bomberos a su vivienda.

La última señal fiable, por tanto, la sitúa en su vivienda, y se ubica en un bloque de una conocida calle cercana a Diego de León donde hay numerosos establecimientos que cuentan con múltiples cámaras. A pesar de que 'inhabilitaran' las de su edificio con un spray, se presupone que puede haber más tomas de interés que estarían siendo analizadas.

Ana María Knezevich Henao, su nombre de pila, dueña de una exitosa empresa en Estados Unidos, había estado viajando a España desde hace numerosos meses y se instaló en Madrid el pasado mes de diciembre tras una dura etapa por el proceso de divorcio que inició hace un año con su marido, David Knezevich, pero que no ha llegado a efectuar. Desde entonces residía en alquiler en el citado domicilio del barrio Salamanca.

Su entorno asegura que no estaba conociendo a nadie en estos momentos y ningún vecino escuchó gritos o una fuerte discusión la madrugada en la que pudo desaparecer. Su todavía esposo, con el que residía en el sur de Florida antes de afincarse en España, se encuentra en Serbia, su país natal, y está en contacto con las autoridades. Asegura no saber nada.

Ante todo esto, surgen las incógnitas ¿Fue secuestrada como se sospecha? ¿Quedó con alguien que conocía y la engañaron? ¿Quién envió los últimos mensajes de WhatsApp antes de apagarse el dispositivo? La clave de la investigación para encontrar a Ana Knezevich podría estar en la geolocalización de su teléfono móvil. Y las autoridades, según pudo saber este medio hace unos días, están trabajando en ello, así como en recuperar datos de la tarjeta SIM y en tratar de conseguir posibles testimonios que les ayuden. Todo sigue siendo un misterio. La familia, para aumentar los esfuerzos en intentar dar con ella, han lanzado un crowdfunding en la plataforma GoFundMe (con el correspondiente enlace) para conseguir la financiación necesaria para contratar a un investigador privado.

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