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Actualidadtelecinco
A los tres hermanos muertos en Morata de Tajuña les habrían prometido una herencia de siete millones
Las hermanas fueron víctimas de una estafa amorosa por Internet con dos supuestos miliares de Estados Unidos destinados en Afganistán
Los tres hermanos habían pedido dinero a varios prestamistas para pagar los trámites de la supuesta herencia
Qué es la estafa nigeriana en la que presuntamente cayeron las hermanas asesinadas en Madrid
La Guardia Civil investiga el asesinato de tres hermanos de entre 68 y 72 años en Morata de Tajuña, en Madrid. La principal hipótesis es que se trate de un ajuste de cuentas. Las dos mujeres fueron víctimas de una estafa amorosa. Les habrían prometido una herencia millonaria, de siete millones de euros.
Los tres hermanos, Amelia, Ángeles y Pepe, estaban arruinados y debían dinero a varios prestamistas, víctimas de esa estafa amorosa.
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Todo comienza con la relación amorosa online que las hermanas entablan con dos falsos capitanes del ejército de Estados Unidos destinados en Afganistán.
Los estafadores les prometen una falsa herencia de hasta siete millones de dólares. Pero a cambio, ellas les den dinero, supuestamente para los trámites.
Los hermanos vendieron todos sus inmuebles
La estafa se dilató hasta ocho años en el tiempo. Las hermanas llegaron a entregarles 400.000 euros. De Ciudad Real, los hermanos llegaron a vender un piso en Madrid y otro en la plata.
Se arruinaron y endeudaron persiguiendo el sueño de esa herencia que nunca llegaría.
Todo estalla cuando uno de los estafadores les anuncia que la herencia ya está lista. Para desbloquearla deberán hacer un último pago.
Amelia, la más pequeña, convence a sus hermanos de pedir préstamos a vecinos y también a desconocidos.
Algunos de sus allegados les advirtieron de que podía ser una estafa pero cuentan que, sobre todo Amelia, no quería ni oír hablar de esa posibilidad.
Una de las principales hipótesis de la investigación es que los mataron por un ajuste de cuentas, derivado de algún préstamo que no devolvieron, acabaría con sus vidas.
Fueron sus vecinos en Morata de Tajuña, de quienes se habían distanciado tras negarles el dinero que pedían prestado, quienes les echaron en falta y avisaron al Ayuntamiento.
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