Las lluvias caídas durante la pasada Semana Santa, aunque han aguado literalmente las vacaciones de muchos españoles, han hecho aumentar la reserva hídrica de España más de cinco puntos, lo que da un respiro a muchas localidades, que vuelven a tener sus embalses con caudal suficiente como para aliviar las restricciones que mantenían por riesgo de sequía.

No es el caso de Galicia. En esta comunidad, rebosante de agua, llueve sobre mojado; los pantanos ya estaban al límite de su capacidad y las lluvias no han hecho más que anegar los campos de cultivos (arruinando las cosechas de invierno e impidiendo llevar a cabo las de primavera); y bajar la salinidad del agua en las rías (algo fatídico también para el sector marisquero que desde diciembre no levanta cabeza).

Y el panorama no pinta que vaya a ir a mejor durante el mes de abril. Nosotros hemos hablado con Francisco Infante, delegado de la AEMET en Galicia, para que nos explique por qué esta región no consigue escapar del tren de borrascas en el que está inmersa desde hace varios meses (casi sin respiro), y nos cuenta que “no hay una explicación única, son varias las causas, pero sobre todo por una circulación atmosférica más baja de lo normal”, explica, es decir, que “las borrascas están circulando por latitudes más bajas de lo normal, y nos están afectando”.

Por otro lado, añade, “estamos asistiendo al periodo en el que el Miño está empezando a dar paso a una situación neutra en cuanto a la oscilación del sur”, y además,  se han registrado sucesivos “calentamientos súbitos de la estratosfera”. La Agencia Meteorológica del Reino Unido advertía hace unas semanas que se han producido tres desde el mes de octubre, un suceso inédito en los últimos dos siglos.

Este evento altera la dinámica meteorológica y provoca que se invierta la situación normal, desplazando las altas presiones al extremo norte de Europa y las borrascas al sur. Así es que, según Francisco Infante, “en lo que llevamos de año ha llovido mucho, y aunque enero fue un mes normal para Galicia, porque es uno de los meses más lluviosos del año, febrero ha sido un mes en el que ha llovido un 67 por ciento más de lo normal para un mes de febrero”.

Y aunque de marzo no se tiene el balance definitivo, el meteorólogo prevé que ha sido uno de los más lluviosos de la serie histórica de marzos.

Lo mismo sucede con abril, según Infante, “no se ve todavía el fin del periodo de lluvias, y van a seguir pasando borrascas y frentes asociados”, aunque tranquiliza: “Es probable que el próximo trimestre sea más normal climatológicamente hablando”.

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