Muere Linito, el mono que vivió 35 años enjaulado en un piso de Barcelona: "Se ha ido rodeado de cariño"
El mono capuchino ha fallecido debido a un fallo multiorgánico en el centro de rescate de primates donde fue trasladado en febrero
El animal fue comprado hace más de tres décadas por 45.000 pesetas y convivía con su propietaria, de unos 80 años
Así fue el rescate de Linito: "Estaba condenado a no poder correr, saltar y desplazarse"
Linito, el mono capuchino que fue rescatado tras vivir enjaulado en un piso de Barcelona desde hacía 35 años, ha muerto en el centro de rescate de primates Rainfer debido a un fallo multiorgánico.
"Cuando nos hicimos cargo de él sabíamos que su estancia con nosotras sería muy corta, pues su edad era muy avanzada y sus condiciones de salud muy delicadas, pero siempre duele decirles adiós, y más, tan pronto", ha explicado el centro de rescate sobre el animal, que fue liberado el pasado mes de febrero.
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Linito llegó a España procedente de libertad, separado de su familia cuando era una cría, para acabar como "mascota" viviendo en una jaula en un piso en Barcelona durante 36 años.
Su vida antes de ser rescatado
El animal convivía con su propietaria, una señora de unos 80 años, que lo compró hace más de tres décadas por 45.000 pesetas (unos 270 euros) y ya no podía hacerse cargo de él.
La Fundación para el Asesoramiento y Acción en Defensa de los Animales (Faada) tuvo constancia de la situación en 2014, al enterarse que Linito "vivía solo, en una jaula ubicada en el comedor del piso, que en la mayoría de las ocasiones estaba sucia y no disponía de zona exterior ni acceso a luz solar directa".
El animal llevaba diez años sin salir de su jaula, "condenado a no poder correr, saltar, desplazarse e interactuar con otros animales", hasta que otros diez años más tarde lograron rescatarle tras varias denuncias y una lucha incesante de Faada.
Sacó la valentía para vencer el miedo a salir a un espacio abiertoDe este modo, lograron que Linito saliese del piso en la capital catalana y acabó en el centro de rescate de primates Rainfer, donde ha fallecido: "Nos consuela que, tras una vida en soledad, se haya ido rodeado de cariño, colmado de atenciones y en paz, y que fuera capaz de aprovechar las herramientas que le dimos para poder sacar la valentía que necesitaba para vencer el miedo a salir a un espacio abierto".
Una pérdida que ha dejado huella en el centro de rescate, sobre un caso que mantendrán en el recuerdo para seguir luchando para evitar que los animales salvajes acaben como mascotas. "Toca decir adiós a "este pequeño 'abuelito'".
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