La Universidad de Barcelona elaborará un mapa con los espacios públicos urbanos más expuestos al calor extremo en la capital catalana a través de la colaboración ciudadana. Un proyecto que reunirá a más de 300 personas de todos los rincones del área metropolitana, para identificar aquellos lugares donde la variación térmica es superior.

La iniciativa recibe el nombre de 'Crónicas del calor' y ayudará a crear más conciencia social sobre el impacto de los periodos de temperaturas altas, a partir de los ejes de la ciencia ciudadana social.

"El nuevo proyecto involucra grupos diferentes, en cuanto a edad y perfiles de un barrio, y, con mapas, identificamos los espacios más relevantes según su punto de vista. Desplegamos la misma estrategia en barrios evaluados como de alta vulnerabilidad, según las características urbanísticas y socioeconómicas", explica Josep Perelló, miembro del departamento de Física de la Materia Condensada y del Instituto de Sistemas Complejos de la UB (UBICS).

En la creación de este mapa de calor extremo colaboran doce entidades. Entre ellas bibliotecas, ateneos, centros educativos, grupos de vecinos y oenegés. Además, los participantes forman de cinco territorios y cuatro municipios. Concretamente, el barrio del Congrés i els Indians y el de Sant Pere, Santa Caterina y la Ribera, en Barcelona; el barrio de Collblanc y la Torrassa, en l’Hospitalet de Llobregat, y los municipios de Sant Vicenç dels Horts y Montcada i Reixac.

Entre las actividades que realizarán incluyen talleres presenciales con los participantes para identificar los espacios urbanos públicos más relevantes con relación a sus usos sociales. También se harán "paseos térmicos" en distintas áreas, para mediar la temperatura con sensores y valorar la sensación de calor y el confort térmico percibido por los grupos participantes en estos espacios y en las calles.

De este modo, OpenSystems, el grupo de investigación que impulsa proyectos de investigación basados en la participación ciudadana y en las prácticas artística, obtendrá los resultados tras combinar temperaturas geolocalizadas y la percepción del calor. Finalmente, los datos serán interpretados colectivamente para diagnosticar el problema con más precisión y proponer soluciones basadas en evidencias científicas.

La primera campaña se ha iniciado en el mes de mayo y se desplegará en las fases de identificación de espacios (del 21 al 25 de mayo), las medidas colectivas (del 27 de mayo al 1 de junio) y la interpretación colectiva de los datos (del 3 al 8 de junio).

La segunda campaña, que se llevará a cabo del 1 al 19 de julio, seguirá el mismo modelo de actividades. Durante el mes de noviembre, tendrá lugar una jornada final en la que se presentarán todos los resultados y las propuestas de mejora en el ámbito urbano.

"El calor no nos afecta a todos por igual, ni tampoco lo vivimos del mismo modo en todos lados", admite Isabelle Bonhoure, miembro del grupo OpenSystems y coordinadora del proyecto Crónicas del calor. "Queremos documentar el calor extremo en el espacio público y en la microescala, mediante paseos térmicos con el vecindario y teniendo siempre presente su conocimiento del territorio como usuarios del espacio público", culmina.

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