Otro caso más de negligencia médica en Málaga. Hace dos semanas ya contábamos el caso de la anciana que murió y cuyas hijas fueron indemnizadas. Ahora, nos hacemos eco de otra condena, aunque esta vez no a la sanidad pública.

Una aseguradora privada ha sido sentenciada por el Juzgado de Primera Instancia nº7 de Málaga a pagar 12.985 euros a una mujer, de 50 años. Sufrió mala praxis durante una operación de rodilla el 20 de enero del 2017.

Según apunta el fallo judicial, al que ha tenido acceso Informativos Telecinco a través de 'El Defensor del Paciente', estima los argumentos presentados por el abogado representante de la afectada. Rechazando la falta de legitimación pasiva de la compañía de MUFACE.

Y es que la perjudicada es funcionaria pública, al pertenecer al Cuerpo de la Policía Nacional. El juez señala, primero, que existió un defectuoso consentimiento informado (no le explicaron todos los riesgos y complicaciones que podía conllevar la cirugía).

Además, se lo entregaron para que lo firmase cuando ya estaba en la camilla del quirófano, sin que le diese tiempo a leerlo con calma. En segundo lugar, condena a la aseguradora por el tiempo de demora que afrontó hasta recibir el tratamiento definitivo.

¿Qué ocurrió exactamente con esta agente malagueña? Estuvo impedida durante varios días y le quedaron secuelas por agravarse una artrosis previa que tenía, ya que los médicos incurrieron en una negligencia en la primera intervención.

Si bien ya había sido operada a los 20 años por plastia de ligamento cruzado anterior de rodilla derecha, volvió a notar molestias en octubre del 2015. Acudió entonces a Urgencias del Hospital El Ángel en Málaga.

Una resonancia confirmó que padecía “ligamentoplastia del cruzado anterior”, lo que posteriormente le provocó varios derrames. Requería volver a pasar por el quirófano y pasó por él dos años después, sometiéndose a una artroscopia.

Recibió también rehabilitación posterior. Pero, otra prueba diagnóstica del 31 de mayo del 2017 (unos cuatro meses después de la operación) concluyó que tenía "una rotura radial del cuerno posterior-cuerpo del menisco interno".

Al descubrir eso, la agente no quedó contenta con la asistencia médica recibida por parte de la aseguradora. Contactó con otra para una segunda opinión de un doctor. Entonces, le diagnosticó una severa sinovitis reactiva de esa rodilla.

Propuso otra artroscopia quirúrgica con estudio anatomopatológico y se llevó a cabo el 31 de octubre del mismo año. La sorpresa fue que los cirujanos hallaron restos de la prótesis de ligamento cruzado anterior, fabricada de dacrón, en mal estado.

Aseguraron que debían haberse retirado en la anterior operación, pero no se hizo. Por eso sufrió las consecuencias posoperatorias citadas, algo que le supuso tener que adaptar su puesto laboral en el Cuerpo.

Igualmente estuvo en periodo de rehabilitación, con los gastos que de ello se derivaron. Pero desde lo sucedido, ya no puede desarrollar actividades físicas.

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