La mañana de este martes ha sido muy complicada en los colegios de los niños asesinados en la víspera por su abuelo materno en Huétor Tájar, en la provincia de Granada. Un equipo de psicólogos están asistiendo a los compañeros tras la conmoción que ha supuesto la noticia. Informa Lidia Chacón.

Antonio, el padre de los menores, mientras, sigue ingresado y sedado en el Hospital Universitario Clínico San Cecilio de Granada tras haber sufrido un ataque de ansiedad. Todo esto, tras conocer el desenlace fatal de los pequeños.

El informe preliminar de las autopsias practicadas a los hermanos de 10 y 12 años asesinados por su abuelo, que se suicidó después de atrincherarse con ellos, establece que uno de ellos murió por disparo en la espalda o el costado y el otro por asfixia. La investigación seguirá bajo secreto de sumario durante un mes. En el pueblo continúan asumiendo una tragedia que no olvidarán nunca.

El tañido de las campañas retumba en un pueblo silenciado por el dolor: "Es un golpe muy duro. Estamos todos muy afectados", cuentan los vecinos. El ambiente de las fiestas patronales que celebraban ha quedado sustituido por los crespones negros.

"El pueblo entero se ha quedado sin ilusión". Hay desánimo e incomprensión. "No encuentro explicación. Ni yo misma, ni toda la gente de Huétor...". Todos esperan que el padre de los niños se recupere pronto.

Antonio trabaja en un instituto como administrativo, el IES Américo Castro, el mismo centro escolar donde estudiaba su hijo de 12 años y donde los psicólogos ayudan a gestionar el duelo: "Había maestros que les había dado también un ataque de ansiedad".

La tristeza es enorme también en el colegio al que iba el pequeño de 10 años: "Los compañeros estaban llorando ayer", explican los vecinos, que aseguran que el abuelo, José -conocido como Pepe-, de 72 años, no asimilaba el accidente del pasado mes de marzo en el que murieron su esposa y su hija, la madre de los niños. Él conducía aquel turismo en el que también iban sus nietos. "Él decía que había matado a su hija", lamentan. El varón estaba en tratamiento psiquiátrico, tal y como pudo saber este medio.

El progenitor de los hermanos de Huétor Tájar ha perdido a su familia en pocas semanas. Su esposa falleció en el accidente de tráfico de hace dos meses, cuando murió también la abuela materna de los niños tras siniestrar Pepe el vehículo en el que también iban los menores. Antonio solía llevar el vehículo siempre, pero aquel día no pudo porque estaba cuidando de su madre, que falleció al poco tiempo por una enfermedad. Ahora, tras estos golpes, ha vivido la muerte de sus hijos a manos de su suegro.

Todos los seres queridos de Antonio siguen pendientes de su evolución en el Hospital Universitario Clínico San Cecilio de Granada. Los agentes de la Guardia Civil continúan investigando los hechos. El Instituto Armado estuvo presente durante toda la madrugada del domingo al lunes, tratando de negociar con el abuelo atrincherado con sus nietos, antes de encontrar a los tres fallecidos.

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