La intervención de un agente de la Oficina del Sheriff del Condado de Charlotte, en Florida, Estados Unidos, ha sido fundamental para salvar la vida de una bebé y un niño que se encontraban atrapados en el interior de un vehículo después de un grave accidente de tráfico. El coche en el que viajaban, conducido por la madre de los pequeños, recibió un brutal impacto de una motocicleta que circulaba con exceso de velocidad.

Los hechos, aunque se han difundido ahora a través de un vídeo captado por la cámara corporal del agente, se produjeron el pasado 8 de febrero a aproximadamente las 19:30 horas. Aquel día, el agente Dave Musgrove, ahora alabado como un héroe por su providencial actuación y su gestión de la situación, acababa de ver como una motocicleta pasaba por delante de su coche patrulla a unos 160 kilómetros por hora antes de acabar estrellándose contra el coche en el que viajaban la madre y sus dos niños.

Como resultado, el motorista perdió la vida en el acto, con su cuerpo quedando incrustado en la ventana trasera del turismo en el lado del copiloto. Allí, en ese mismo vehículo contra el que chocó, Kayleigh Foley, la progenitora, gritaba con horror y desesperación pidiendo ayuda, temiendo por las consecuencias del accidente y por la vida de sus hijos.

Fue entonces cuando el agente Musgrove entró en escena, apresurándose nada más ver el siniestro a prestarles auxilio sin saber exactamente qué es lo que se iba a encontrar. Para su sorpresa y para mayor angustia y tensión, dentro estaban los dos pequeños, --uno de ellos de tres años, llamado Ariel, y la bebé de seis meses, llamada Lola, que había quedado atrapada tras el gravísimo accidente--.

En esta situación, lo primero que hizo fue sacar a Ariel. Era el primero al que vio y daba señales de vida, por lo que corriendo le cogió en brazos y le alejó del lugar del siniestro al tiempo en que comenzó a pedir ayuda haciendo gestos con una linterna para que los otros conductores que pasaban por allí se detuviesen.

De ese modo, logró que un ciudadano parase y le dejó a su cargo al niño, al que cogió también en brazos mientras Musgrove procedía a ayudar al resto.

Al volver al vehículo accidentado, la progenitora no podía dejar de gritar, presa del pánico, creyendo que su bebé, que no respondía, hubiese muerto en el accidente.

“¡Mi bebé! ¡No! ¡¿Está muerta?! ¡¿Está muerta?!”, gritaba constantemente, mientras el agente, sin parar un instante, trabajaba para liberarla del vehículo.

Tras unos instantes, y con ayuda de otros ciudadanos que se detuvieron, consiguió sacar a la bebé e inmediatamente comenzó a realizarle maniobras de reanimación al comprobar que estaba inconsciente.

“¡¿Está viva?! ¡¿Está viva?!”, preguntaba la madre, en estado de shock, llorando desesperada.

“Déjame comprobar”, decía el agente intentando calmarla mientras continuaba con las maniobras de reanimación.

Tras unos instantes agónicos, el policía de Florida señalaba: “La he oído respirar. ¡Vamos!

Poco después, los servicios de emergencias llegaban a la zona y se hacían cargo de la pequeña confirmando que tenía pulso. “¿Alguien puede decírselo a la madre?”, respondía entonces el agente, que aún después de salvarle la vida siguió interesándose por ella y su familia llamando para chequear su evolución en el hospital.

Según ha declarado la progenitora en declaraciones a NBC News, justo hacía seis meses acababa de perder a su marido y en esos momentos no podía soportar perder a alguien más.

Afortunadamente, todos “están bien” y se recuperan del suceso, como ha confirmado la propia Oficina del Sheriff del Condado de Charlotte en una publicación en la que relata los hechos y alaba el trabajo de su agente, Dave Musgrove.

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