Desde que la reina Margarita anunciase por sorpresa su abdicación un 31 de diciembre, Dinamarca no para de vivir días históricos. Hasta el 14 de enero, fecha en la que el trono pasará a estar en manos de su hijo y heredero, el príncipe Federico, el país ha hecho que las dos primeras semanas del año pasen a ser una suerte de despedida a la que ha sido su monarca durante los últimos 52 años.

Este jueves, en la tradicional recepción de Año Nuevo organizada en el Parlamento danés con motivo de su apertura, la todavía reina ha sido la protagonista de una jornada que, desde primera hora de la mañana, estaba marcada por una intensa ola de frío.

-3ºC marcaban los termómetros en el momento en el que Margarita se subía por última vez en un imponente carruaje de caballos que fue encargado por Cristián VIII en 1840 y que está recubierto con pan de oro de 24 quilates.

Sobre él, la futura monarca emérita ha recorrido las calles nevadas que separan su residencia oficial, la de ese palacio de Amalienborg que recientemente visitaron los reyes Felipe y Letizia, del Parlamento de Copenhague en el que hoy ha recibido un sentido homenaje. A sus puertas, Margarita de Dinamarca ha sido recibida por su nuera, la princesa Mary, y por su heredero, que en poco más de una semana cambiará de cargo para convertirse en Federico X.

Su decisión de renunciar no era algo esperado, ni mucho menos. En las pocas ocasiones en las que se le preguntó por la posibilidad de abdicar, la reina Margarita siempre defendió su idea de permanecer en el puesto de por vida. De ahí cuando esta Nochevieja, en su discurso televisado de Fin de Año, todo un país se quedase en shock. "He decidido que ahora es el momento adecuado y, el 14 de enero de 2024, 52 años después de haber sucedido a mi amado padre, dejaré el cargo de reina de Dinamarca. Entregaré el trono a mi hijo, el príncipe heredero Federico", declaró.

Su avanzada edad (está cerca de cumplir 84 años) y sus últimos contratiempos de salud serían el motivo que le ha empujado a cambiar de opinión. Recordemos que el pasado mes de febrero se sometió a una delicada operación de espalda que ha limitado su movilidad y, a lo largo de este último año, le ha obligado a delegar parte de sus tareas en su hijo.

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