Pedro Sánchez, una carrera política marcada por golpes de efecto: "Yo soy como 'El Cholo' Simeone, partido a partido"

En toda la historia de nuestra democracia, tan solo un presidente ha presentado su dimisión. Fue Adolfo Suárez en 1981. Una decisión que sacudió a toda la sociedad española. También fue Suárez el que presentó un año antes, en 1980, una de las dos cuestiones de confianza que ha vivido nuestro país. La segunda fue de Felipe González en 1991. 

En este caso, en el de Sánchez, sería la segunda vez que un presidente dimite, pero es la primera, como decíamos, que se toma un tiempo para decidirlo. Estamos acostumbrados a que Pedro Sánchez sea el presidente de las primeras veces, desde que lo vimos volver al PSOE después de que lo echara el partido. Informa Adriana Pérez.

Pedro Sánchez aprendió a dominar la política a base de golpes de efecto

Hagamos un viaje al pasado. Año 2007. Primer día de Sánchez como diputado: "Que escuche, que aprenda", decía cuando le preguntaban por los consejos que recibió entonces. El dirigente oriundo del barrio madrileño de Tetuán aprendió a dominar la política a base de golpes de efectos: "Yo soy como 'El Cholo' Simeone, partido a partido".

Sánchez se enfrentó en las primarias de 2014 a Eduardo Madina cuando todavía era prácticamente un desconocido. Y pasó de un segundo plano a primera línea de la política nacional. Comenzó a hacerse su nombre en política, hasta que llegó su próximo movimiento arriesgado en 2016, cuando dimitió como líder del PSOE. Todo el mundo pensaba que ese era el fin de su vida política, pero el socialista sorprende y se enfrentó a unas nuevas primarias, esta vez contra Susana Díaz. Era el año 2017 y Sánchez arrasó.

El último golpe de efecto, su órdago de posible dimisión como presidente

Su próximo objetivo llegó también de forma insospechada. "Rumbo a la Moncloa". La moción de censura a Mariano Rajoy le abrió la puerta a la Moncloa. La debacle electoral del PSOE en las elecciones autonómicas y municipales de 2023 fue un duro golpe para su partido.

Dio pasó a la convocatoria de elecciones generales. Con unos pactos de Gobierno atípicos, consiguió seguir como presidente. Aunque no por ello, menos sorprendente, la decisión de tomarse cinco días para reflexionar si dimite o no encaja perfectamente en el perfil de un político que ha hecho de la apuesta arriesgada su forma de vida.

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