En medio del mar, donde cientos de migrantes arriesgan sus vidas en busca de un futuro mejor, la inteligencia artificial (IA) puede llegar a ser una herramienta fundamental. Mauro Di Si, coordinador de Open Arms, una organización no gubernamental dedicada al rescate de migrantes en el Mediterráneo; relata la conmovedor historia de una niña cuyo viaje lleno de adversidades fue iluminado gracias a unos traductores creados con IA.

Todo comenzó cuando esta niña de ocho años, junto a muchas otras personas, fue rescatada por una de las embarcaciones de la organización en medio del océano. Durante el testeo realizado por el personal del barco para evaluar su estado, se dieron cuenta de que la niña parecía no tener acompañante. Intentaron comunicarse con ella, pero su idioma era el suajili, lo que dificultaba la comprensión. En el barco siempre viajan un mediador cultural y el interlocutor médico, quienes manejan varios idiomas, pero no la amplia gama de dialectos.

Es entonces cuando entra en juego la inteligencia artificial, y deciden poner en poner en práctica unos traductores que les había donado recientemente una empresa. "Gracias a ellos pudimos saber que aquella pequeña había perdido a su madre y que no estaba sola", cuenta Mauro a la web de Informativos Telecinco. Dentro del barco había una persona que la conocía: "Estaba una amiga de su madre".

"No solo pudimos vincularla a la persona con la que viajaba, sino también conocer que era un caso vulnerable y entender su historia". De esta forma pudieron darle una atención médica adecuada a su situación mientras estaba en la embarcación. "Solemos estar entre tres y cinco días en el mar, ya que los rescates suelen realizarse a más de 1.000 km de distancia de los puertos", cuenta Mauro.

"Las personas que rescatamos suelen tener bastantes traumas y haber vivido situaciones complejas, por lo que contextualizar su historia ayuda, no solo durante los días que se encuentran en el barco, sino también una vez que llegan a tierra", indica Mauro. Después, toda esta información se pasa a instituciones como Cruz Roja que "están pendientes de los casos vulnerables una vez que llegamos al destino, que actualmente es Italia", comenta.

Estos traductores, donados por la empresa Traductores VA, han revolucionado sus operaciones: “Los pusimos en práctica en las últimas dos misiones donde se rescataron casi 200 personas. Buscábamos poder tener mejor comunicación sin depender siempre de las figuras del mediador cultural y el interlocutor médico”, explica. A lo que añade: "Era muy complicado abordar ciertos temas sin entenderlos bien, pero ahora podemos tener un mejor contexto, especialmente para las mujeres, que algunas han vivido abusos, y mejorar la atención médica”.

Laura Méndez, marketing manager de Traductores VA, explica que “estos traductores cuentan con una SIM internacional que funciona gratis en 200 países". Además, la estrella de la corona son sus 10 motores de traducción inteligente que "proporcionan una traducción mucho más exacta que una aplicación móvil". "Esto permite tener conversaciones más naturales y sin malentendidos”, añade. Estos dispositivos pueden traducir hasta 76 idiomas y cuentan con una cámara integrada para traducir textos impresos y escritos a mano.

La tecnología detrás de estos traductores se basa en el machine learning, lo que permite al dispositivo mejorar sus traducciones a medida que la conversación avanza. “Cuanto más hablas, más contexto tiene de lo que se está diciendo y más exacta es la traducción”, afirma Méndez. Esta capacidad es crucial en situaciones donde la precisión y la rapidez son esenciales, como en los rescates en el mar.

La historia de la niña rescatada por Open Arms es solo un ejemplo de cómo la tecnología puede transformar vidas. Gracias a los traductores inteligentes, su experiencia y la de muchos otros migrantes se vuelve más segura y digna. En un mundo donde la barrera del idioma puede ser una cuestión de vida o muerte, la inteligencia artificial se presenta como un aliado esencial en la misión de salvar y mejorar vidas.

En un mar lleno de incertidumbre y peligro, la historia de una niña rescatada resuena como un testimonio de esperanza y humanidad, donde tecnología y corazón trabajan juntos para salvar vidas.

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