No fue el día de Neymar aunque sus números, obviamente, son cuantiosos porque los de Scolari siempre lo buscan a él. 22 pases completos por sólo ocho fallados durante 120 minutos además de tres ocasiones de gol que protagonizó (pase o disparo). Una de ellas, al saque de un córner, acabó en el gol de David Luiz.
Sus mejores compañeros fue ron Marcelo (le dio 16 pases) y Luiz Gustavo (14 centros) por lo que está claro que el delantero brasileño tuvo que bajar más de lo necesario para recibir ya que sus socios ocupan el lateral izquierdo y el centro de la zaga. Sin duda lo agradecieron los de Sampaoli.
A Neymar le rechazó dos disparos la defensa de La Roja sudamericana mientras que lanzó una vez fuera de los tres postes y sólo uno a portería. Estaba claro que esta tarde estaba negado de cara al gol. De hecho el tanto brasileño llegó de una acción a balón parado que el mismo botó desde el córner pero fue David Luiz, con la ayuda de Jara quien lo introdujo en la meta de Bravo.
Si hay un dato que llama poderosamente la atención son los regates. Neymar sólo pudo completar cuatro acciones positivas, sólo una en la frontal del área. Le rebañaron el balón hasta en diez ocasiones, eso sí siempre en campo contrario y en su zona de influencia.
Mapa de calor y juego sin balón
Ya sin el balón en los pies tuvo demasiado trabajo defensivo para lo que se le presupone a un goleador. Doce recuperaciones de balón de las cuales nueve fueron en campo propio. Sin duda un número alarmante para un delantero.
No tenía razón Scolari en sus protestas sobre el trato de los defensas chilenos al delantero brasileño. Cinco acciones contra él fueron castigadas con falta mientras protagonizó cuatro acciones punibles sobre sus rivales que detuvieron el juego. Sólo sumó dos fueras de juego.
Su mapa de calor marca claramente las pocas veces que compareció en el área contraria así como que su lugar favorito fue la banda izquierda. Curiosa también es la marca tanto en el círculo central como en la tres cuartos de campo propio que superan a la huella de las cercanías de la meta del que será su próximo compañero en el Barça, Claudio Bravo.
Pero a nadie se le regala el 10 de Brasil en un Mundial que se disputa en su propio país. Neymar tenía que anotar el último penalti y que Chile fallara para meter a su selección en cuartos de final. No falló, y es que cuando el delantero de Sao Paulo acaricia la pelota cualquier libreta acaba en el cubo de la basura.