El día de ayer fue un día especial para Argentina. Y es que se cumplieron diez años de la fecha en la que su jugador número uno se enfundó por primera vez la camiseta de la albiceleste. Diez años de Lionel Messi defendiendo los colores del país al que sus goles han llevado, por el momento, a los octavos del Mundial de Brasil.

Y, aunque ahora no lo parezca, aquel 29 de junio de 2004 fue un día clave para el futuro de Argentina y de su perla. Porque, si bien no era un partido de la selección absoluta sino de la sub-20, aquel amistoso contra Paraguay sirvió para atar hasta los restos a la futura estrella.

De hecho, aquel encuentro disputado en el estadio Diego Armando Maradona de Argentinos Juniors fue montado exprofeso para asegurar el futuro de Messi con la albiceleste. Leo llevaba desde los 12 años formándose en el Barcelona y llegaron noticias a Argentina de que España tenía la intención de convocarle para su selección sub 17.

Ante la posible amenaza de perder a la joven promesa, Hugo Tocalli, responsable de las selecciones juveniles, quedó prendado al ver algunos vídeos de las actuaciones de Messi en el terreno de juego e incitó a Julio Grondona a que montara un partido como fuera para evitar que se marchara con La Roja.

Rápidamente, organizaron un enfrentamiento más en la preparación de Argentina para el Mundial sub 20 de Colombia y llamarón a Jorge Messi, padre del jugador, para contarle la noticia, algo que estaban esperando porque el sueño de Leo siempre fue vestir la elástica de su país.

Con el 17 a la espalda y rodeado de algunos jugadores con los que comparte ahora vestuario, como Garay, Lavezzi o Zabaleta, Messi salió desde el banquillo y protagonizó parte de la goleada a Paraguay (8-0) marcando un tanto (el del 7-0) y dando dos asistencias. Aquella fría noche, poco más de 100 personas fueron testigos del comienzo de algo que jamás olvidarán.