Higuaín la ha tenido tres veces, una de ellas acabó en gol anulado por fuera de juego, Palacio la ha tenido muy clara, Agüero y Messi erraron cuando lo tenían todo a favor. Pero es que en ningún caso sus balones han ido entre los tres palos. Es decir, no han acertado con la portería de Neuer en 120 minutos de juego.
A partir de ahí se pueden hacer muchas lecturas porque el gol es la salsa del fútbol y sin gol no hay victoria. Y aunque Argentina se haya vaciado y haya completado uno de sus mejores partidos, Alemania ha sido mejor y ha dado con las claves para ganar la final:
1. Alemania fue más eficaz de cara a la portería argentina
A los cero lanzamientos a puerta de la albiceleste, el conjunto alemán encontró puerta en cinco ocasiones. Kross (42’) en la primera mitad, Klose (58’) y Götze (90’) en la segunda parte y Schürrle (91’) al inicio de la prórroga. Después llegaría el gol de la victoria ya en el 112’. Sólo tres de sus disparos se fueron lejos de los tres palos, por tanto más de un 50% de sus disparos fueron a portería. Hay que tener en cuenta que por ejemplo el remate de Howedes al poste no va entre los tres palos y eso que fue la mejor ocasión alemana.
2. Alemania fue el doble de peligrosa que Argentina
El equipo de Joachim Low logró más del doble de ataques considerados peligrosos (64) que la selección de Sabella (30) y también el doble de disparos desde dentro del área (12 por los 5 argentinos), contando en este caso los que no van a portería o despeja la defensa.
3. Más posesión y muchos más pases por parte de los alemanes
El balón tuvo un dueño y ese fue Alemania. Un 60%-40% deja muy a las claras quien ganó la posesión. Eso sin contar con que hicieron 736 pases completos por sólo 416 de su rival. Los europeos tuvieron un 80% de acierto en sus centros por 71% de los americanos.
4. El ataque alemán fue más vertical y buscaba siempre cruzar el centro del campo
De todos esos pases mencionados es Alemania quien siempre buscaba a sus hombres de ataque. La mayor combinación teutona fue Phillip Lahm a Mesut Ozil (22 pases), sólo uno menos (21) le dio Schweinsteiger a Kross mientras que Lahm le lazó otros veinte pases a Schweinsteiger. Los receptores siguientes en la lista son Schürrle (19) y de nuevo Kross (19). Es decir siempre hombres de medio del campo hacia delante.
Eso es muy diferente en Argentina donde la mejor combinación que más se dio fue la de un central, Ezequiel Garay, a un lateral, Marcos Rojo (11 centros). Sólo buscaron a la delantera con los nueve pases que le lanzó Biglia a Messi. Después los más buscados fueron hombres de la zaga como Biglia (9), Mascherano (8) y Demichelis (8). Por tanto Argentina firmó la mitad de combinaciones entre sus jugadores y además lo hizo siempre moviendo el balón por detrás del centro del campo.
El campeón no sólo ha hecho un mejor Mundial sino que los datos son contundentes y también le otorgan una mejor final. El doble de pases, de combinaciones entre sus hombres de vanguardia y de ataques con peligro además de un repaso en cuanto a efectividad entre los tres palos.
Pero esto es fútbol y es cierto que pudo ganar Argentina, el problema es que el rival era el equipo de Löw. Y es que ya lo dijo Gary Lineker, "el fútbol es un deporte de once contra once en el que siempre ganan los alemanes".