Es uno de esos deportivos que merece la pena fijarse durante horas. Lo cierto es que ha tardado mucho tiempo en aparecer, pero la segunda generación del Honda NSX es una realidad que sorprende por su grado tecnológico, velocidad y estetica. Cumple fielmente con su origen japonés y a la vez conserva la esencia de su antecesor, aquel que nos hizo soñar en la década de los 90 cuando Honda y McLaren hacían historia en la Fórmula 1.