Neumáticos de invierno en España ¿Sí o no?
Utilizar este tipo de ruedas en lugares donde las temperaturas alcanzan grados negativos y el hielo y la nieve son frecuentes contribuye definitivamente a incrementar la seguridad vial.
Aunque en muchos países de Europa son obligatorios cuando llega el frío, en España la posibilidad de cambiar los neumáticos para adaptarlos a las temperaturas invernales sigue siendo opcional. Lógicamente, las temperaturas medias de la península en invierno distan en mucho con las de nuestros vecinos, pero no varían tanto si analizamos determinadas provincias o zonas donde la crudeza del invierno continental tiene bastante parecido con el de ciudades europeas donde este tipo de neumáticos son obligatorios.
El centro del país y las zonas de montaña son áreas sensibles a este cambio.
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Principalmente en las zonas centrales del país y en las áreas de montaña los termómetros alcanzan en esta época varios grados bajo cero y son lugares donde la nieve y el hielo son frecuentes.
Por todo ello, es conveniente adaptar los neumáticos en estas zonas a las inclemencias meteorológicas del invierno porque contribuiría de manera fundamental al incremento de la seguridad vial durante esta época del año.
Aumenta la adherencia a la calzada y no es necesario el uso de cadenas.
En efecto, las ruedas son los elementos del automóvil que mantienen el contacto directo con la carretera, por lo que una mejor tracción y un mayor agarre a la calzada son esenciales para evitar percances o, al menos, disminuir el riesgo de sufrirlos, sobre todo en condiciones en las que la superficie está mojada o helada y el neumático pierde su adherencia.
De ahí que las ruedas de invierno, con un dibujo más profundo y miles de laminillas en los tacos de la banda de rodadura, aumenten su adherencia a la calzada y disminuyan así la distancia de frenada, incrementando por tanto la seguridad en caso de emergencia y necesidad.
Además, los neumáticos de invierno tienen un mayor contenido de goma natural, lo que les permite mantener su flexibilidad con temperaturas bajas. De esta forma, con estas ruedas no es necesario el uso de cadenas, evitando así las posibles complicaciones que conlleva salir del vehículo y tener que colocarlas.
Ahorro y seguridad.
Precisamente, la flexibilidad de la que gozan estos neumáticos en temperaturas inferiores a 5 grados les proporciona un mayor rendimiento y una mayor durabilidad, ya que se produce un menor desgaste de las cubiertas. Así pues, a la larga, alternar neumáticos de invierno con otros para el resto del año podría ser un ahorro, ya que, al disminuir el desgaste, todos los neumáticos durarían más.
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