La adquisición de vehículos eléctricos no deja de crecer. Solo en el primer semestre de 2021, los vehículos propulsados por energías alternativas superan ya el 25% tanto en las unidades matriculadas en renting como en las del total de matriculaciones. Los últimos incentivos a la compra de este tipo de vehículos, las normativas que facilitan la circulación de estos por el centro de las ciudades, y el compromiso de los conductores con el medio ambiente están acelerando esta tendencia e incrementando el parque de eléctricos en nuestro país.
Sin embargo, a la hora de aprender a conducir, los conductores siguen iniciándose con vehículos de combustión tradicional… Entonces, ¿se conducen igual los coches eléctricos que los automóviles de gasolina o diésel? Evidentemente, ya sean movidos por caballos o por kilovatios, nos referimos a la potencia que rinden los motores, no obstante, hay que tener en cuenta ciertas peculiaridades que dotan a la conducción eléctrica de una mayor digitalización e inteligencia. Por ello, queremos repasar las 3 claves básicas para sacar la máxima eficiencia a la conducción de los vehículos eléctricos:
El coche eléctrico es como un coche automático, es decir, solo tiene dos pedales, acelerador y freno. Puesto que su aceleración es mayor que la de un vehículo tradicional y, además, su motor no produce ruido o vibraciones, es recomendable una conducción suave.
Este tipo de vehículos aprovechan la energía cinética para cargar la batería tanto al levantar el freno como al pisar el acelerador, de manera que se puede ahorrar energía y aportar kilómetros de autonomía. Además, puesto que el motor eléctrico funciona como generador de energía y como sistema para detener el coche, levantando el pie del acelerador se produce una frenada regenerativa, evitando tener que pisar el freno en muchas circunstancias en la conducción en ciudad. Por su parte, en carretera este sistema permite conducir en modo de conducción a vela, ahorrando mucha batería.
Es muy importante planificar cada viaje o parada que quieras hacer, teniendo en cuenta la autonomía del vehículo, el consumo de los aparatos electrónicos del interior del vehículo (la incidencia de consumo es mayor y más directa que en los vehículos de combustión tradicional), y la infraestructura de recarga de la red vial. Con el fin de gestionar al máximo la autonomía y controlar los puntos de recarga, el conductor cuenta además con la información que se transmite en los gráficos de la instrumentación y el navegador.
En nuestro catálogo 'Más que coches renting' encontrarás los vehículos renting con la última tecnología del mercado.