La semana pasada Ford nos invitó a la presentación en España del nuevo Fiesta ST. Acto en el que además tuvimos la oportunidad de probar a fondo el nuevo mini compacto de la marca americana realizando pruebas de todo tipo.
Después de ocho años desde que el último Fiesta ST viese la luz, son numerosos los cambios que presenta esta versión deportiva. Y es que Ford ha realizado un lavado de cara espectacular a su pequeño compacto, que ahora presenta una parrilla impresionante con un frontal muy agresivo y que además cuenta con unos faros mucho más afilados. Y por si esto no fuese suficiente, el nuevo modelo ha pasado de los 150 CV anteriores a los 182 CV de esta versión 2013.
El día en Albacete arrancó después de asistir al briefing, y tras recibir las explicaciones de los nuevos detalles que incorpora el Fiesta ST, pudimos comprobar de primera mano los avances técnicos de la última máquina de Ford.
La primera parada de nuestro test fue para probar los sistemas de ayudas electrónicas sobre un pavimento adverso. En este caso, nos fuimos hasta un circuito anexo donde nos encontramos con un pavimento deslizante completamente regado para simular una carretera de montaña llena de nieve dura. Para ello, circulamos a una velocidad de 30 km/h gracias a la cuál pudimos comprobar la diferencia entre el ESP activado, el modo deportivo o lo que sucede cuando esta completamente desactivado.
Con el ESP activado, el coche apenas derrapa y automáticamente te coloca las ruedas en la posición adecuada para poder seguir tu camino. En modo deportivo se empieza a notar como pierde tracción el coche y puedes jugar un poco con el volante. Mientras que con todo desactivado, el coche pierde el control por completo y ya cuesta más mantenerlo bajo control. Además, en ningún momento se desactiva el ABS, y tan sólo se dejan inactivos el control de tracción y el de estabilidad.
La siguiente prueba de la mañana consistió en una prueba de aceleración sobre mojado para comprobar la tracción del Fiesta ST. Para ello teníamos que colocarnos en una recta totalmente parados, para después realizar una salida sobre mojado. Al final del tramo unas células medían nuestra velocidad máxima.
Tras cuatro pasadas consecutivas, el control de tracción del Fiesta ST se notaba bastante. Con el ESP activado el coche se agarraba mucho más al asfalto y tardaba más en reaccionar, mientras que con él desactivado y utilizando el modo deportivo, pudimos alcanzar una velocidad más elevada.
Así fue una jornada en la que seguridad y potencia formaron un cóctel difícil de igualar… la semana que viene os mostraremos la prueba del Focus en este mismo escenario.