En Más que coches renting sabemos que con la llegada del invierno surgen muchas dudas con relación al mantenimiento del vehículo por las bajas temperaturas. El frío suele ser un mal aliado del automóvil y al igual que el cuerpo humano, para poner en marcha el vehículo es necesario su calentamiento previo.
Tras una noche de bajas temperaturas, el vehículo que ha estado aparcado en el exterior tiene mayores dificultades para arrancar. Por ello, no es recomendable forzar esta maniobra. Esto quiere decir que si al accionar la llave de contacto, el motor no arranca será mejor no castigar el sistema de arranque y retornar la llave a la posición inicial.
Pero sin duda, la mejor opción para evitar el desgaste mecánico o alguna avería es tener paciencia para efectuar la maniobra. Con el frío, el aceite del motor se vuelve más viscoso y pierde sus propiedades de lubricación. Después de la exposición del vehículo a bajas temperaturas el aceite no será capaz de llegar a todas las piezas del vehículo y podría dañar el motor.
Una vez arranquemos el motor, lo ideal es esperar unos minutos a que el aceite coja temperatura, da igual el tipo de motor del que se trate. Uno o dos minutos serán suficientes, ya que si esperamos más tiempo se consumirá combustible innecesariamente.
Cabe destacar que, si el coche está aparcado bajo techo, hay muchas más posibilidades de arrancarlo sin problemas. Si de forma obligatoria tienes que aparcar en la calle, lo mejor es buscar un sitio no muy expuesto y que esté resguardado del viento.
De la misma forma que hay que tener un especial cuidado al arrancar el coche, hay que vigilar otros aspectos como los neumáticos o las luces. Por ejemplo, es fundamental comprobar la presión de los neumáticos para garantizar la frenada y adherencia. O comprobar el funcionamiento de las luces y regularlas correctamente para que cuando circulemos, la visibilidad no se vea reducida.