Desde que se han sentado en la mesa para comer el risotto de Pocholo, Bertín no ha podido parar de reír ante las ocurrencias de su invitado. Pero ha llegado un momento en el que el anfitrión ha tenido que levantarse de su silla debido al ataque de la risa que le ha dado. Y es que Bertín conoce a Pocholo desde hace mucho tiempo y sabe muy bien cómo es él: “Por eso me hace gracia todo de él”, admite.