Bertín ha abierto la veda y Dafne le ha seguido. ¿Qué han hecho? ¡Cortarse! El anfitrión y la invitada han comenzado a sangrar y el botiquín se ha puesto en su contra. Querían una simple tirita, pero en su lugar han encontrado ¡una brújula y un pito! “¡Pero si esto es el botiquín de Calleja!”, bromeaban entre risas. Al final la sangre ha llegado a la cocina, pero no al río, y han sobrevivido al ataque de los cuchillos.