Bertín ha querido saber cómo era el día a día de Rocío Jurado y el que fue su marido, José Ortega Cano, desvela lo normal que era su rutina. Confiesa que le gustaba la cocina y que sólo era una diva cuando se subía al escenario pero ¿cómo llevaba la artista eso de ser la mujer de un torero?
Es cuando Ortega Cano cuenta que la cantante sufría mucho cada vez que su marido acudía a una corrida, pues el torero ha llegado a tener más de treinta cornadas. Cuenta que Rocío le acompañaba pero se quedaba en el hotel y se metía en la ducha: “Dejaba el agua correr y esa era su forma de relajarse”, cuenta.