Tras la polémica que despertaron los comentarios de Miguel Ángel Revilla sobre el banquete de la boda de Felipe VI y Letizia Ortiz, el presidente de Cantabria fue invitado a una comida en la Casa Real. Durante la cena, las preguntas gastronómicas estaban servidas, pero lo mejor vino poco después cuando, a escondidas, el por entonces Rey Juan Carlos le hizo una confesión.