Son hermanos, son amigos, pero la “responsabilidad” de la plaza hace que haya un pique sano e inevitable. Se preocupan más el uno del otro que de sí mismos, quieren que los toros del otro sean buenos más que los suyos, pero cuando pisan la arena el objetivo es el mismo: triunfar, incluso ser mejor que el otro. Manuel y Julio le han contado a Bertín las anécdotas vividas en las tres corridas de toros que han compartido y, aunque hay risas, también hay sangre y un susto bastante grande…