Como él mismo ha asegurado su profesión tiene cosas muy bonitas, pero también tiene días muy complicados en los que no tienes más remedio que guardarte las penas y sonreír ante tú público. El día que Bertín Osborne quedó con César y Jorge Cadaval, los Morancos, para celebrar su 40 Aniversario profesional, era uno de esos días para Bertín Osborne: mientras que él tenía que entrevistar a los humoristas, su hijo Kike estaba siendo intervenido quirúrgicamente de urgencia.
La cara de Bertín no era misma de siempre, su semblante reflejaba tristeza y preocupación, era un día muy complicado para él presentador: tenía que seguir adelante con la grabación del programa al mismo tiempo que su hijo Kike tenía que ser operado de urgencias. Sin embargo, nadie notó nada porque Jorge y César Cadaval le ayudaron a sobrepasar el momento, y consiguieron que el presentador no tuviera tiempo más que para reír.
Tras un día estupendo entre anécdotas, los humoristas convertidos en sus míticos personajes Omaíta y Antonia, cantaron junto a Osborne el tema de Frank Sinatra ‘New York’ y Jorge no quiso despedirse del presentador sin mostrarle su admiración y volver a entregarle todo su cariño: “Hay que tener mucho cojones de hacer las cosas que tú haces. Y te voy a decir el por qué, sabemos la situación que estás viviendo en este momento y aunque tú me veas to pintadita, lo digo desde el corazón: Olé tú, Bertin Osborne, Olé por estar aquí, por aguantarnos a nosotros, por aguantar a los Morancos por darnos esta tarde y la mañana que nos has dado, teniendo la situación que tienes. ¿Te puedo dar un besito, churra?”. Ninguno de los tres pudo contener las lágrimas en ese momento. Una vivencia que se ha quedado en una anécdota porque por suerte, el pequeño Kike está bien y acompañó a su papá mientras que él escribía la despedida del programa.