El sueño de Manuel Díaz y Julio Benítez, hijos de 'El Cordobés': "Un día estaremos los tres juntos en una plaza"
telecinco.es
16/01/201800:35 h.Dos años han pasado desde la última vez que Bertín y Manuel Díaz se habían visto y el anfitrión le había deseado a su amigo que se cumplieran sus sueños. Y cosas del destino, así ha sido: “Mis sueños se han cumplido. En mi trayectoria de vida llega un momento en el que creo que no estoy consiguiendo nada por la vía de esperar. Un día me levanté y le dije a mi mujer que quería hacer algo, que no podía seguir esperando y que tenía que solucionar esta etapa de mi vida, cerrar este círculo para, a partir de ahí, buscar otras cosas, que esto no fuera un lastre en mi vida”, cuenta Manuel, y continúa:
“Entonces decidí que un juez fuese el que dijera que él era mi padre o no, la oportunidad de que dijese que yo no soy su hijo y yo tener la oportunidad de demostrar que sí lo soy. Empecé esa batalla y con el tiempo un juez me ha reconocido que soy hijo de Manuel Benítez. Al final de esta historia he conseguido que en televisión un día él dijera que yo era su hijo, hijo del ‘quinto califa’, que yo llevaba su sangre”.
Manuel buscaba un padre y encontró un hermano: así se conocieron
El primer encuentro de Manuel y Julio lo organizó Chema, hermano materno de Manuel. Fue en la cafetería de un campo de golf y, pese a los nervios de ‘ir a conocer a un hermano’, fue el inicio de una relación para siempre:
“Un día mi hermano Chema me dijo que si me gustaría conocer a mi hermano Julio. Le dije que no tenía ningún problema, que estaría encantado y que me parecía natural hacerlo. Al poco tiempo quedamos en la cafetería de un campo de golf y nos tiramos tres horas de reloj hablando. Lo primero que le dije fue que nosotros nos parecíamos, que teníamos más cosas en común que en contra. Primero por la profesión que habíamos escogido, en la que hablamos el mismo idioma, y luego porque él había sufrido mucho, al igual que yo”.
La confesión de Manuel: “Me hice torero por venganza, tenía que vengar a mi madre”
Manuel ha querido contar a Bertín algo que jamás ha contado en televisión: “Yo me hice torero porque no me quedó más remedio en mi vida. Era mi única arma para intentar darle justicia a lo que mi madre estaba sufriendo. Vocación sí la he tenido, pero después, pero lo que más me gustaba con 13 años era jugar con los niños y no ponerme a entrenar. Yo me hice torero por venganza, porque yo tenía que vengar a mi madre, buscar mis raíces, mi sangre.
Por eso, cuando muchos años después estaba en un tentadero y me llamaron diciéndome que había salido Manuel Benítez en televisión diciendo que yo era su hijo, en ese momento se me quitó un peso de encima, me liberé, nació como un Ave Fénix que salió de mi cuerpo. Llamé a mi madre, que estaba en un llanto, me fui a su casa y le di un abrazo. No hablé. Y ese ha sido el abrazo de mi vida más significativo, con más cosas dichas y con menos palabras de mi vida”.
Manuel cuenta la verdad sobre su renuncia al encuentro que su padre le propuso
“Mi padre me mandó un secretario para que hablara conmigo. Me dijo que ‘el jefe’ había pensado que iban a hacer un tentadero para que fuera allí con mi familia y nos hiciéramos una foto para colgar en las redes. Yo le dije: ‘Así no. Tú, si me permites a mí, le dices al monstruo que yo, cuando él quiera, me voy a donde él me diga solo, solo, a tomarme un café con él y me siento yo solo con él cinco minutos en un cuarto, los dos. Yo creo que me merezco, después de tanto tiempo, tener cinco minutos con él. Sin gente, sin una cámara. Que luego quiere hacerse quinientas mil millones de fotos, me las hago. Que luego tenemos que irnos los dos abrazados por la plaza de las Tendillas de Córdoba, me voy. Pero yo quiero cinco minutos’.
A los tres días me fui a entrenar y me encontré una página en el Diario de Córdoba diciendo: ‘He invitado a Díaz a vernos en mi casa y lo ha rechazado’. No, perdona. Imagínate cuando vi aquello, me enfadé muchísimo. Automáticamente llamé a este señor que me llamó y le dije: ‘Lo primero borra automáticamente mi número de tu agenda y no me llames más en tu vida’’.
¿Qué sintió Julio al conocer a Manuel? "Me quedé impresionado: tiene las mismas manos y andares que mi padre”
Julio tuvo muy claro que quería conoce a Manuel y quería tenerle cerca, ser su hemano, pese a que en su familia el tema no se trataba: “El tema de Manuel no se hablaba en casa, era delicado. Seguro que mi padre y mi madre sí lo hacían, pero nosotros hemos intentado no sacarlo”. Eso sí, tuvo duda de que Manuel es hijo de su padre en cuanto le vio:
“El día que conocí a Manuel me di cuenta de lo mucho que se parece a mi padre. Me sorprendieron sus manos y los andares. Cuando le vi venir por primera vez con esa forma de andar que es la misma que tiene mi padre, me quedé impresionado. […] Conocer a Manuel ha sido una de las cosas más bonitas que me han pasado este año. En el poco tiempo que le conozco me ha tratado con muchísimo cariño, igual que su familia, que es para comérsela”.
El gran paso de Julio y Manuel: torear juntos
Julio es el pequeño de cinco hermanos, “bueno seis”, como él ha contado y Manuel es el mayor de todos. Pese a la diferencia de edad, el vínculo entre ellos es indestructible, y lo ha sido desde el principio y pese a todo: “El primer encuentro con Manuel fue surrealista, algo muy extraño. No me costó nada acceder a verme con mi hermano, pero sí decidir torear con él por la trascendencia mediática. Yo soy muy tímido y tengo mucho respeto a los medios. Tampoco quería que repercutiera en mi madre y hermanos, que siempre se han mantenido al margen y están en su derecho. Nunca me pusieron ningún impedimento en casa para hacer este encuentro. Lo hice con el corazón porque lo sentía y no me arrepiento de haber dado el paso”.
¿Veremos algún día en una plaza juntos a Manuel Días, Julio Benítez y Manuel Benítez?
El sueño de Manuel sería poder torear junto a su padre y su hermano. Compartir una tarde en un tentadero junto a su padre y su hermano, pero, aunque no pierde la esperanza, no lo ve muy claro después de que Manuel Benítez no fuera a la primera corrida de toros que daban los dos hermanos: “Teníamos la esperanza de que nuestro padre asistiera a la primera corrida de toros juntos. De hecho, él pidió unas entradas. Sería muy bonito el hecho de que podamos algún día estar los tres juntos, ya que los tres nos dedicamos a lo mismo”. Julio, por su parte se niega a perder la esperanza: “Seguro que pasará al final. Yo estoy convencido. Me gustaría”.
Julio: “Mi sueño es que mi hermano Manuel me confirme la alternativa en Madrid”
Antes de despedirse, Bertín ha querido hacer un pequeño cuestionario a Manuel y Julio. Lo primero que ha querido saber es cuál ha sido la peor cornada que les ha dado la vida. Julio lo tiene claro: “El accidente de moto que sufrí”. Manuel tampoco se lo ha pensado: “Cornadas en la vida, muchas, pero ahora mismo estoy en un momento de mi vida que las cosas buenas superan a las cornadas. También quería saber algo muy importante, cuál sería su tarde soñada. Los hermanos han coincidido en uno “salir en hombros de la plaza de Córdoba”. Pero Julio tenía uno más: “Que Manuel me confirme la alternativa en Madrid”.