Era un tema que se tenía que tratar. Bertín Osborne le ha preguntado por los peores años de Lydia Lozano en su profesión: el caso Ylenia Carrisi. Lydia aseguró que la hija de Al Bano y Romina, que llevaba años desaparecida, seguía con vida y que tenía pruebas. Pero lo cierto es que la fuente le jugó una mala pasada a la periodista.
“Metí la pata. Tuve una información, creí en ella y me di una gran bofetada profesional”, reconoce Lydia. Para quitarle hierro al asunto, Bertín opina que meteduras de patas las tienen todos los profesionales, pero que mala suerte es que, en su caso, era un tema “muy delicado”.
Lydia cuenta que ella quiso pasar página pero que el hecho de que continuamente compañeros suyos le sacaran el tema, le impedía olvidar ese duro trago de su vida. Además, Bertín le ha preguntado por el famoso informador que la puso en este aprieto, pero Lydia no ha querido soltar prenda.
“Si la gente supiera quién era el informador, no me machacarían tanto, porque tiene mucha credibilidad”, cuenta Lydia, que reconoce además que alguna vez se le ha pasado por la cabeza desvelar su identidad de una vez por todas para “quitarse lastre” y que le pregunten a él y la dejen a ella en paz.
Más tarde, durante la comida, el tema vuelve a ponerse sobre la mesa y Lydia reconoce que este capítulo de su vida le ha creado muchas inseguridades y que Jorge Javier Vázquez le ha recomendado acudir a un psicólogo para superar ese pasado.