Kiko Rivera reconoce que quizás, el hecho de que se haya independizado tan joven, diera lugar a que acabara coqueteando con la droga: “Me rodeé de mala gente”, sostiene. Cuando conoció a Irene Rosales, su actual mujer, cambió pero luego la recaída fue peor: “Ella fue la que me enderezó”. Añade, además, que aún sigue luchando por hacer frente a esta enfermedad.
Irene le dio un ultimátum y fue entonces cuando Kiko reaccionó al fin y fue consciente de que tenía que cambiar. ¿Era consciente su madre, Isabel Pantoja, de todo esto? Kiko se sentó con ella para confesarle todo y admite que lleva una medicación y un control médico: “Ahora disfruto de mi trabajo y de mis hijos, antes no lo hacía”.
Pero durante ese tiempo no pudo disfrutar de sus hijas ni tampoco de su hijo mayor, fruto de su relación con Jessica Bueno: "Espero que mi hijo sepa perdonar ese desliz y pueda recuperar el tiempo perdido", dice el artista algo emocionado.