Federico Jiménez Losantos ha confesado a Bertín que tiene siete vidas y para justificar esto cuenta que a los siete años estuvo a punto de morir. Resulta que el periodista era un niño muy delgado y eso le resultaba anormal al médico de su municipio. Por eso, comenzó a administrarle una medicina.
Pasó tres meses en la cama y el médico le llegó a confesar a la madre de Losantos que le estaba administrando al niño una dosis para enfermos de tuberculosis. Pero gracias a que alguien se dio cuenta a tiempo. Por esta razón, confiesa que no tiene mucha confianza en la medicina.