Junto con Bertín Osborne profundizó un poco más sobre su estrecha relación con el cómico mexicano Mario Moreno Reyes, mundialmente conocido como Cantinflas. Confesó a Bertín una anécdota sobre su segundo de sus hijos, Maximiliano y el actor. Edmundo le había prometido a Cantinflas que su hijo se llamaría Mario como él, pero el azar no quiso que eso pasara. Y es que Edmundo y su esposa en aquel momento, Roció Corral, decidieron coger un bol en donde meter papeles con distintos nombres y como asegura Arrocet “solo salían como nombres Maximiliano, Nicolás o Fernando”. Algo que no importó al cómico mexicano, que siempre llamó a Maximiliano “Mario o Marito”.