Edmundo se ha criado en Chile, pero realmente nació en Argentina y para él cambiar de país supuso un cambio que marcó su vida para siempre. Cuando tenía tan solo 12 años y él pensaba que se trataba de un juego, tuvo que elegir entre vivir con su madre o con su padre y decidió que “con ninguno de los dos”. Una decisión que le hizo marcharse de casa con esa edad, vivir cuatro días en el rellano de una escalera, trabajar en una mina con 13 años (haciendo los agujeros para la dinamita) y no volver nunca al hogar familiar.
Una dura historia que Bertín no conocía y que Edmundo cuenta con mucha emoción. Con los años volvió a tener relación con su familia, pero jamás volvió a hablar con su papá “Nos cruzamos por la calle y me giró la cara y dije yo “¿Para qué?’”. Eso sí, no ha podido contener las lágrimas cuando le ha contado al presentador que un día visitó la tumba de su padre, se arrodilló, le dijo de todo pero después, le dio las gracias “Si no hubiese sido él así, yo no hubiese sido quien soy”.